Fusilado Morelos el 22 de diciembre de 1815, el movimiento insurgente quedó prácticamente sin caudillos y el virrey Juan Ruíz de Apodaca, ofreciendo indulto logró la pacificación casi completa de la Nueva España, solo interrumpida en 1817 por el desembarco de Francisco Javier Mina, en Soto la Marina Tamaulipas, quien venía a luchar por la independencia; su derrota hizo impensable el triunfo de la insurgencia.
En 1820 la Constitución de Cádiz volvió a entrar en vigor y se convirtió en la oportunidad esperada por los criollos novohispanos para triunfar. Los peninsulares buscaron ofrecer la corona a la Casa reinante española, para lo cual, era necesario restablecer la paz en toda la Nueva España acabando con la guerrilla de Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Manuel Mier y Terán y otros rebeldes. Para el efecto, Apodaca comisionó al vencedor de los insurgentes, el Dragón de Hierro, Agustín de Iturbide, quien motivado por las prebendas ofrecidas por el Virrey y los encantos de la güera Rodríguez, se puso al frente de las tropas realistas, el 16 de noviembre de 1820.
Viendo Iturbide la gravedad de la lucha, tuvo la iniciativa de convocar a Guerrero a la paz y a declarar la independencia dejando fuera a los Peninsulares. Así, el 24 de Febrero de 1821, Iturbide proclamó el Plan de Iguala declarando a México independendiente de España y estableciendo una Monarquía Constitucional moderada. Reunidos los ejércitos Insurgente y Realista en uno solo, denominado de las tres garantías, representadas por colores: Verde la Independencia, Blanco: la pureza de la Religión y Rojo: la Unión entre americanos y europeos. Al plan se unieron regimientos enteros de ambas fuerzas terminando así la guerra de Independencia.
Para simbolizar las tres garantías del Plan de Iguala, Iturbide ordenó al sastre José Magdaleno Ocampo, la confección de una bandera con franjas diagonales primero la franja blanca, luego la verde y por último la roja, con una estrella en cada una de ellas.
El 27 de septiembre de 1821, el ejército trigarante desfiló triunfante por las calles de una Ciudad de México tricolor en sus adornos y en los vestuarios con cintas y moños de las mujeres; al Frente: Agustín de Iturbide, a la retaguardia: Vicente Guerrero.
Motivado por el entusiasmo popular generado por la bandera trigarante, Iturbide expidió un decreto el 2 de noviembre de 1821 estableciendo la “adopción perpetua” de los colores verde, blanco y rojo; en ése orden, sustituyendo las franjas diagonales por verticales y un nuevo elemento: un escudo en la franja blanca: Un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente, es decir nuestra actual Bandera Nacional.
Por su atención, muchas gracias.