¿Tiene una función profiláctica en la vida interna de MORENA Tamaulipas, la postura crítica de Alejandro Rojas Durán?
Hasta ahora, no se percibe que esa narrativa impacte un ápice -para bien- en la vida institucional del lopezbradorismo tamaulipeco.
¿Puede generar condiciones para reemplazar al legal y legítimo precandidato a la gubernatura, Américo Villarreal Anaya?
No.
Para nada.
La elección del cardiólogo, se llevó en apego a la Convocatoria y al acuerdo que firmaron todos los participantes en la batería de encuestas que definieron la postulación.
¿Gana capital político en los morenismos de la nación y de la región?
No.
Enfrentar a un candidato ataviado con la legalidad y la legitimidad de Américo, sólo puede generar sospechosismo y erosionar evidentemente su rol y presencia en las élites políticas nacionales.
Rojas Durán ha perdido más en dos años de enfrentamiento a proyectos tamaulipecos lopezobradoristas -y veracruzanos: fue derrotado estrepitosamente por el gobernador, Cuitláhuac García- que en toda su aún relevante carrera política. En tanto, su oposición a Villarreal Anaya, lo pondrá al filo del despeñadero: el aparato nacional de MORENA, incluyendo sus aliados Verde y PT, han dado su aval para que el médico victorense sea su representante en los comicios de junio venidero.
Lo de Veracruz, lo lastimó fuertemente.
Sus aliados lo dejaron a la deriva; como dice el dicho: intentó abarcar mucho, para abarcar muy poco.
Hasta cierto momento, había manejado con habilidad, destreza, su confrontación contra el gobernador panista tamaulipeco. Esa estrategia, le hizo ganar consensos en una sociedad que creyó en sus discursos. Su error, fue incorporarse a la pugna por la gubernatura; esto, le acarreó la pérdida del impulso que había ganado en su posición contra el Ejecutivo estatal.
Ni siquiera llegó a las semifinales de las encuestas.
Eso marcó su futuro en la entidad: se empantanó en sus propias tácticas para socavar la base social de Américo. La militancia, percibió con suspicacia su machacante rollo para manchar la candidatura de Villarreal Guerra.
La sed de protagonismo, lo llevó a echarse en manos de Maky Ortiz Domínguez. ¿O de qué otra forma, puede visualizarse el favor de la makyiavélica: lo hizo tamaulipeco, con una carta de residencia emitida por el Ayuntamiento reynosense, para arroparlo como vecino de Reynosa, Tamaulipas?
Maky ya conoció el camino: sus denuncias contra Villarreal Anaya, fueron rechazadas por frívolas e improcedentes por las autoridades electorales
Rojas Durán es un político inteligente.
Debería entender, que fue devorado y digerido por los turbulentos escenarios norestenses. Ésos, que transforman en mártires o héroes a algunos políticos, y a otros los convierten en entes fársicos.