Ningún Ayuntamiento, como el que encabeza en Victoria, Tamaulipas, el alcalde de MORENA, Lalo Gattás, está implementando estrategias y medidas para enfrentar una eventual falta de agua en la ciudad para consumo humano. Desde la reparación de líneas de abastecimiento del líquido, hasta impulsar el uso cuidadoso de ese vital insumo, son las tareas puestas en marcha por la autoridad capitalina para resolver los desafíos de un verano peligroso para los victorenses.
La liquidación del Fondo de Capitalidad por decisión de la nueva mayoría panista en el Congreso local, hasta la eventual prórroga de una millonaria inversión, en lo inmediato, para la construcción de un segundo acueducto desde la Presa Vicente Guerrero, obligaron al Cabildo capitalino y a su presidente, buscar salidas alternativas a un anunciado faltante de la oferta hídrica.
Las autoridades municipales de la frontera -serían las comunidades de esta región quienes sufrirían con mayor agudeza lo agobios de la sequía que se percibe cercana como inevitable- ni siquiera han pensado en esa posibilidad cada día más concreta, real.
Es evidente que la explotación de los mantos freáticos de la periferia de Victoria, sólo darían un pequeño respiro a los usuarios de la COMAPA. Sin lluvias, esos tesoros bajo tierra, pasarían a un proceso de aniquilación con las demoledoras consecuencias en las micro-regiones y micro-ecosistemas.
Los pronósticos son apocalípticos.
De continuar la tendencia climática en el centro del estado, para fines de este año, iniciarían los agobios de los ciudadanos ante la falta de agua potable.
Los alcaldes de la frontera norte, indagan la posibilidad de desalinizar agua de mar para satisfacer la demanda de agua bebible. Es de largo aliento esa solución; pero así de negro se ve el futuro inmediato: no habrá suficiente bebestible, para más de la mitad de la población tamaulipeca que vive en las mega ciudades como Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo.
El plan Gattás, es tan necesario como urgente.
1.- Reparar toda fuga que merme el servicio de la COMAPA.
2.- Racionar el agua en forma democrática: parejo a todas las comunidades, colonias y fraccionamientos.
3.- Expandir la cultura del buen uso del agua.
(Habría que añadir: el pago democrático del servicio. Centenares de usuarios que viven en exclusivos fraccionamientos, cubren cuotas de risa en tanto ciudadanos de colonias populares, ante cualquier retraso sienten el corte del flujo de agua
De esas líneas de trabajo proyectadas, la más potente es la promoción de la cultura del buen uso del líquido. Sobra decir, que el dispendio de H2O, se realiza transversalmente, es decir: pasa por todas las clases sociales; y es sin duda, uno de los elementos que mayores índices de fuga, aporta al gasto global que se desperdicia en la ciudad.
Elevar la conciencia de que el agua es de todos, y todos debemos cuidarla, en mucho ayudaría a su ahorro. Es tan importante y tan trascendente esa asignación, que no podría ser ejecutada únicamente por el Ayuntamiento; se deben invitar a su incorporación otras instituciones: SEP, agrupaciones cívicas, partidos políticos, y demás organizaciones, para confrontar con éxito el desafío vital de cuidar el agua.
Por lo pronto, el Ayuntamiento de Victoria, está lanzando a tiempo un prudente grito de alerta.