No hay fecha que no se cumpla, y estamos frente al gran día en que se defina el futuro de Tamaulipas para los próximos seis años. Más allá de la competencia electoral, esta vez la más ríspida y cerrada entre las dos principales corrientes políticas, tenemos la responsabilidad ciudadana no sólo de acudir a votar, sino de hacerlo con plena conciencia de cuál es la mejor decisión para asegurar el avance en el desarrollo económico del estado, para lo cual es necesario conservar la seguridad.
A lo largo de nuestro ejercicio profesional hemos testificado las elecciones de las que salieron los últimos ocho gobernadores, nueve con el que se elegirá el próximo domingo.
Ellos son Enrique Cárdenas González (1975), Emilio Martínez Manautou (1981), Américo Villarreal Guerra (1987), Manuel Cavazos Lerma (1993), Tomás Yarrington Ruvalcaba (1999), Eugenio Hernández Flores (2005), Rodolfo (Egidio) Torre Cantú (2010), Francisco Javier García Cabeza de Vaca (2016) y finalmente la competencia donde participaron las tres actuales opciones que no mencionamos por respeto a la veda o periodo de reflexión que se otorga a los ciudadanos para definir su voto.
Hasta los comicios del 4 de junio de 2010 se tuvo la percepción de que el PRI seguiría gobernando Tamaulipas, con todo y que ya en el año 2000 tuvimos la alternancia en el Gobierno Federal; en 2016 muchos aún le apostaron al PRI que llevaba como candidato a Baltazar Hinojosa, que por cuestiones de su carrera política gozaba del apoyo de los últimos dos exgobernadores, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, además, de quien estaba en el poder, Egidio Torre Cantú.
Pero no fue así, y los vientos de cambio aterrizaron en Tamaulipas dando origen a la primera alternancia. Hoy ya nada nos sorprende, ni a los observadores políticos, ni analistas, ni a los ciudadanos. Nadie la tiene segura, y tendremos que esperarnos hasta el domingo por la noche o la madrugada para tener la certeza de quién será el hombre que tendrá las riendas de la entidad para conducirla los próximos seis años.
Hay una percepción de triunfo para una de las corrientes, pero es sólo eso, percepción, no certeza. Además del respeto que les debemos a los competidores.
2.- El PRI que en estas elecciones se juega su resto, o por lo menos dos de las cuatro gubernaturas que le quedan. Empezó a sufrir un declinar a partir de los años 80´s, el asesinato de Colosio en 1994 salvó las elecciones presidenciales. Pero fue en el presente Siglo XXI cuando tuvo sus peores números; de gobernar 19 estados del país, hoy sólo mantiene el control en cuatro.
Y de estos cuatro, dos de ellos tendrán elecciones el próximo domingo con presagios de que los perderá, ellos son Hidalgo y Oaxaca.
Por cierto el PAN gobierna 8 estados, los ha mantenido desde el inicio de este siglo y de las seis entidades que celebran elecciones para gobernador el próximo 5 de junio, Acción Nacional estará dando la batalla para conservar Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas.
Sin embargo los pronósticos son de que Morena ganará estas elecciones en cuando menos cuatro de los seis estados.
Morena gobierna en este momento 17 entidades, y como ya citamos, el PAN 8 y el PRI 4. El próximo lunes 6 de junio muy probablemente estaremos estrenando un nuevo mapa político nacional.
3.- ¿Cómo votar este domingo 5 de junio? Para que su voto no sea anulado, la intención de su voto debe ser clara, que no exista duda para cual partido o candidato es su sufragio.
Si usted en un primer intento cruzó el logotipo de X partido y se equivocó, o arrepintió, o alguien lo obligó a votar en determinado sentido y luego tomarle una foto a la boleta, usted puede poner un NO a esa manifestación aprobatoria, y volver a cruzar otro logotipo, el de su preferencia, con lo cual queda muy claro cuál es el sentido de su voto.
Claro que no debiera de haber esas actitudes de indecisión, pero la ley electoral lo contempla, la regla establece que el resultado final a la hora del conteo, es considerar la verdadera intención del voto, por eso este debe ser lo suficientemente claro.
Finalmente le propongo que hagamos una jornada electoral ejemplar, acudamos a votar, no dejemos que el abstencionismo nos derrote, y hagámoslo con sentido de pertenencia, con reflexión y una conclusión inteligente.