El triunfo de AMÉRICO VILLARREAL ANAYA es una muestra de la determinación de los ciudadanos que optaron por el cambio ante un gobierno que generó cualquier cantidad de expectativas, pero que, al final, fue más de lo mismo.
La lección que debe aprenderse en Tamaulipas es que “el pueblo pone y el pueblo quita”, aun bajo presiones e intimidación.
Así sucedió cuando los electores le marcaron un alto al PRI, cuyos distinguidos militantes estuvieron al frente del Ejecutivo estatal durante décadas.
Con la alternancia se pensó que llegaba una administración distinta, que no reproduciría las peores prácticas de las gestiones del tricolor, pero no fue así: se consumó una especie de traición a los anhelos de los tamaulipecos.
La realidad es que “nunca llegaron los vientos de cambio” y más bien se reprodujeron las peores prácticas de gobiernos priistas y hay quienes aseguran que no solo eso, sino que las superaron.
Recordemos que al inicio de la administración actual se habló del combate a la corrupción. Todavía se recuerda la advertencia que lanzó el entonces candidato, FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, en el sentido de que “el que la hace la paga”.
Sin embargo, lo que se hizo fue perseguir a los contrarios y hasta panistas que tuvieron la osadía de pensar diferente.
Ahí están los casos de EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, en la actualidad preso, y del ex Alcalde de Nuevo Laredo, CARLOS ENRIQUE CANTUROSAS VILLARREAL, que es víctima de persecución política, lo mismo que su hermana, la alcaldesa CARMEN LILIA.
Tampoco la pasa mejor la ex alcaldesa MAKI ORTIZ y su familia, incluido el presidente municipal de Reynosa, CARLOS PEÑA, que puso tierra de por medio poco antes de la jornada electoral, ya que le “obsequiaron” una orden de aprehensión desde la Fiscalía estatal.
En realidad la lista de perseguidos es larga y se abultó precisamente durante el proceso electoral.
De manera que los que la hicieron no la pagaron, pero sí los que no se doblegaron o traían desencuentros con CABEZA DE VACA, de tiempo atrás.
En contraste, a los que sí se trató bien y se protegió en el actual sexenio fue a un selecto grupo de incondicionales que se dedicaron a “hacer negocios” desde las dependencias.
Al tiempo saldrá los nombres, pero se habla de transas en Salud, Educación, Obras Públicas, Desarrollo Urbano, Turismo, Desarrollo Rural y en la Secretaría de Bienestar Social, por mencionar una lista.
En la mayoría de las secretarías citadas, lo mismo que en las alcaldías de corte panista o priista, el billete de origen turbio fluyó constante.
Los ciudadanos por supuesto que no ignoran lo que sucede y prueba de esto es que optaron por no dar el aval a la continuidad.
Ahora sí que desde la cúpula del Gobierno estatal vieron y no quisieron ver y, por tanto, el revés que recibieron el pasado domingo se lo ganaron a pulso.
Si se trata de buscar culpables, ahí están los excesos y quienes los cometieron.
RULETA
Fluyen evidencias de los alcaldes morenistas que jalaron parejo para el triunfo de AMÉRICO VILLARREAL y los que trataron de ponerle el freno al cambio.
Se habla de que el alcalde de Madero, ADRIÁN OSEGUERA KERNION, traicionó la causa por la cual los números que salieron de esa localidad no favorecieron al abanderado de Morena y aliados.
Sobre el munícipe, de tiempo atrás se comenta que dobló las manos ante GARCÍA CABEZA DE VACA.
Y puede ser así, luego de la embestida del gobierno que casi llevo a la cárcel al secretario del Ayuntamiento, JUAN ANTONIO ORTEGA JUÁREZ, por presuntos delitos en el desempeño de su cargo, imputados desde la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción.
El arreglo se dice que se concretó en un encuentro entre ADRIÁN y el mandatario que se realizó en el vecino país del norte.
Sobe el posible sesgo de OSEGUERA se tiene lo del apoyo de diputados que están bajo su control a los legisladores del PAN para que se hicieran de la Junta de Coordinación Política en el Congreso estatal.
Cabe apuntar que el munícipe maderense fue de los pocos que no fueron molestados durante las elecciones por parte de la Fiscalía.
En contaste, al que traen bajo presión es el alcalde de Victoria, EDUARDO GATTÁS BÁEZ. Pese a esto, el Presidente entregó buenas cuentas en las urnas.
Y es que de los 710 mil votos obtenidos por AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, 85 mil 897 los aportaron los capitalinos.
Así se superó la meta que se le puso a la estructura territorial de Victoria, que fue de 65 mil votos.