No solo no se quiere ir sino que el Auditor Superior del Estado, el michoacano Jorge Espino Ascanio, quiere más atribuciones durante el gobierno de la 4T.
A su conveniencia se la creyó. Busca ser autónomo en lo económico y que sus dictámenes sean definitivos ¿juez y parte?, o sea, sin impugnaciones.
Salió más ca…nijo que bonito, más listo que su jefe Cabeza y su retoño al que se le peló la alcaldía sustituta de Reynosa pese al chorro de billetes que saldrían de Finanzas del Gobierno.
El Virrey de Auditoría quiere un feudo para él y su familia, gozando de un presupuesto del 0.4 por ciento al millar de todos los recursos del Gobierno de Tamaulipas, como lo pidió al Congreso para que se le autorice en el 2023.
Y el “candado” estilo PAN-cabecismo: Que nadie le podrá reducir ese presupuesto. No se le acusa de tonto sino de otras travesuras que rayan en cárcel.
Publicó el resumen de auditoría al ejercicio 2020 del gobierno cabecista del que forma parte, y pide a los legisladores que incluyan en la Constitución que sus informes, los de la ASE, tendrán carácter “definitivos”, es decir, nadie más podrá reabrir las cuentas públicas.
El angelito quiere administrar lana directamente, sin que pase por Finanzas ni el pleno del propio Congreso: Que las sanciones e indemnizaciones que aplique él, Ascanio, sean depositadas directamente en la cuenta de su reino ¿lo consentirán los morenistas?. Ya le tienden la cama para sacarlo.
¿Presiente que si se queda –como quiere- la 4T le apretará por el lado de los billetes? Es un coyote lampareado.
Pretende su propio “pequeño estado” dentro del antiguo Nuevo Santander: Territorio, población (empleados), presupuesto y Leyes propias.
El complemento es modificar la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas, de la cual pide reformas para terminar de hacerlo feliz junto con su parentela que cobra en el organismo: Autonomía presupuesta, ser autoridad investigadora, substenciadora y resolutoria. Todo en uno solo.
Suena absurdo. Quiere ser el que haga la auditoría, investigue, castigue, aplique multas, cobre y administre. Nada tonto el tejón.
Pero antes, decidir él a quién audita, aprobar el programa anual de chamba y solo darle conocimiento a los diputados de los que depende.
Y en el colmo de lo absurdo, el Virrey quiere algo más que solo se le puede ocurrir a él: Quitar al pleno del Congreso la facultad de calificar las cuentas públicas y agenciárselas ¿andará tan suertudo? ¿ya tiene las complicidades con García Aguiar y Sanmiguel?.
Astuto: Hacerse de “pequeña” inteligencia financiera, o “cisensito” como en el medio oficial le llaman a las instancias de espionaje, y le den manga ancha para “llevar a cabo la auditoría correspondiente, sin importar el carácter de confidencial o reservado de la misma, que obren en poder de”… Los entes fiscalizables.
Fregón el muchacho. No quiere que le den en lna boca, solo que lo pongan donde hay. Se sirve solo y con la cuchara grande.
Si lo dejan que siga en la “chambita” que le dio su amigo Francisco Javier, Espino es capaz de “empapelar” a medio mundo con tal de conseguir recursos para su “ente autónomo”. Entre multas y “piscas” por hacerse de la vista gorda levantaría ¿levanta? buen costal de billetes tan solo en los municipios y Comapas.
Así por ejemplo, en el informe respecto a la cuenta del 2018, habla de un “corte” de 21.2 millones de pesillos al ex alcalde de Valle Hermoso, Daniel Torres Espinoza, y de 640 mil varos al ex de Río Bravo, Juan Diego Guajardo Anzaldúa.
Nadie dijo que la Auditoría era mal negocio. De grano en grano la gallina llena su buche, como son las multas a corruptos como los tultecos –que señala en su documento-, Antonio Leija Villarreal (por descuido de Dios y “bendición” de Palacio de Gobierno, otra vez alcalde), Emigdio Jasso Aguilar, María Elena Zúñiga Zúñiga, Juan Alfonso Vargas Martínez y otros de la misma línea.
Aparte de ser instrumento de represión política del gobernador en turno, la ASE es el más lucrativo negocio de corrupción para que “pasen” las cuentas públicas, o se “resanen” o “curen”. Funcionarios y despachos contables van de la mano, o son los mismos.
De “pilón” el jovenazo buscaba adquirir la alcaldía de Reynoso a través de su retoño, para “bañarse” en billetes como lo menciona en joven en un audio que le grabó algún regidor al que ofreció cinco melones de tepalcates.
El otro que se quiere coronar como Virrey es el michoacano Fiscal General Irving Barrios. No entienden que no encajan en el gobierno que viene. No son iguales. En el panismo imperó la corrupción y el despilfarro; Morena quiere limpiar el estercolero que le dejan e imponer una administración austera.
La “superfiscalía” quiere cobrar directamente cuotas y derechos por servicios, alegando autonomía, en lugar de permitir que los pagos se hagan en la secretaría de Finanzas.
¿Con qué cara van a pedir quedarse? ¿porque los nombraron hasta el 2027? No tendrían vergüenza el ir con el nuevo jefe político y decirle que son transexenales con impunidad.
Antes de irnos, del municipio de Hidalgo reportan este martes un persistente acoso de Seguridad Pública Estatal en contra de la población: Gases lacrimógenos, amenazas y el estrangulamiento del pueblo al bloquear el único acceso que tiene. Que más de 200 elementos asistieron a una diligencia. Es la “despedida” del cabecismo.