Cd. Victoria, Tamaulipas.- Muy cierto que, en las últimas semanas, luego que el PAN perdió la gubernatura, el Gobierno del Estado comenzó a publicar acuerdos del cambio de estructuras de dependencias y descentralizados.
Tal y como lo denunció el coordinador de enlace de la 4T, Jesús Lavín Verástegui, uno de los entes aludidos es el DIF estatal.
Es un organismo que vive en la opacidad, el anonimato, donde la auditorías parecen de ser de “pico” y no se sabe ni cuanto gana su director general.
Para el ejercicio 2022 se le otorgó un presupuesto de 746 millones de pesos, manejados a discre porque ahí nadie se mete, menos la Auditoría Superior de Don Jorge Espino.
Los medios de comunicación tampoco meten su nariz. Que nadie diga que interfieren en el “lado social” del gobierno”. Blasfemo aquel que lo intente.
Le dimos una “revisadita” y, en efecto, como lo menciona Lavín, el Sistema se ha llenado de burocracia en los últimos dos sexenios, que trabajaban a tontas y a locas por no haber tareas definidas.
Tal reforma se publicó en mayo del presente, que vino a sustituir la estructura del tres de enero del 2011, es decir, cuando entró en ejercicio el gobierno de Egidio Torre Cantú, también de triste memoria para Tamaulipas.
En 2011 tenía como mandos una Coordinación de Desarrollo Familiar y Comunitario con cuatro direcciones, y otra de Centros Asistenciales, Rehabilitación y Educación Especial con cinco direcciones y una Procuraduría.
Todas las áreas sumaban 40 jefaturas de departamento y algunas subdirecciones.
Según la última publicación, por acuerdo del ejecutivo, hoy es un armatoste burocrático, obeso, que ya no tiene coordinaciones sino 15 direcciones generales y 60 departamentos.
Suman dos secretarías, la particular y la técnica, y por cada dirección hay una subdirección, más la Procuraduría y Subprocuraduría.
Cambiaron lo sustancial de los mandos ¿con qué fin? Pudiera que para evadir responsabilidades, como lo sospecha el equipo de transición americanista, que analiza muy de cerca el tema.
Para quienes están cerca, o lejos, es un ente que no tiene pies ni cabeza con decisiones que no pueden ser rebatidas. Digamos que un “estado pequeño” dentro de otro estado. Allí no manda el ejecutivo.
Prácticamente así lo dice la estructura publicada por el cabecismo: “En caso de duda respecto a la competencia de las unidades administrativas, la persona titular dela Dirección General del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de Tamaulipas resolverá lo conducente”.
En 90 días deberá presentarse el llamado “Estatuto Orgánico del DIF”. Como quien dice, es una instrucción que se le está dando al gobierno que viene y a quien designe Director General ¿así lo hará la gente de AVA”. Necesario decir que, un acuerdo administrativo se combate con otro.
Nadie ha sido capaz de descubrir cuanta gente cobra –trabajar es otra cosa- en ese organismo, pero los cálculos señalan que alrededor de cinco mil cráneos.
Una burocracia inútil porque los servicios que prestaba han venido a menos, o a cero, como es el caso del Velatorio San José, en ciudad Victoria, que ya no da créditos, ni apoyos y menos facilita salas de velación. Los “muertos” se atienden a domicilio. Cuentan que, cuando cae un peso a la caja, sobran manos sobre él.
En este sexenio el DIF perdió su sentido social. Todo es negocio pero con malos administradores o ¿a dónde se va el dinero?
Según las cuentas que publican, en el primer trimestre del 2022, por la venta de ataúdes ingresaron 188 mil pesillos, por velación 89 mil y 17 mil por las urnas (para cenizas). Embalsamar es más carito y cobraron 104 mil lanas. Todo para el gasto corriente de nómina.
El gran “negocio” del DIF es el Centro de Rehabilitación a donde mandan a terapia a los pacientes de la zona. Ingresaron 258 mil del águila en el mismo periodo. Recaudatorio.
Hasta a los invidentes les cobran y es así que los estados financieros dicen que por la venta de “bolsitas” el DIF se levantó los 93 mil.
Ya cerraron la cafería Winners, cuyo ingreso fue de 271 mil devaluados en los primeros tres meses. A todos pasan a la báscula.
Pero aún así, hay instituciones caritativas como Bimbo, que fue a entregarles casi los 200 mil pesillos, y 50 mil la Unión Ganadera Regional por la subasta que hizo en beneficio. Hay todavía gente que tiene confianza en el organismo, aunque ignoran el destino de su lanita.
Según la información, el descentralizado maneja prácticamente cientos de chequeras, pero también le debe dinero a instituciones caritativas, pero que cobran sus buenos billetes, como las casas hogar, lo cual es tema aparte.
Y después de más de dos años de emergencia por el COVID, con las mejores expectativas la UAT comenzó en sistema presencial su nuevo ciclo escolar 2022-23. Un promedio de 40 mil estudiantes volvieron este lunes a las aulas.
El Rector Guillermo Mendoza Cavazos dirigió un mensaje en que expresó el deseo de que los jóvenes tengan el mejor de sus éxitos en esta etapa, en que la Universidad ha trazado una nueva ruta que les acompañe en su trayecto en el la casa de estudios.
Mencionar que el ciclo anterior, la Universidad entregó a la sociedad 2,632 egresados a nivel licenciatura; 22 en especialidad, 124 maestría, 18 doctorados y 674 bachilleres.