La Izquierda es el actor político más antiguo en el sistema de partidos de Tamaulipas. Con la aparición del Partido Socialista Fronterizo (PSF) el 15 de mayo de 1924 –cinco años antes de la emergencia del Partido Nacional Revolucionario (PNR-1929)– es el banderazo para la aplicación en la región, de un civilizado método para obtener el poder político; y la definición de éste, en las mesas electorales y no en circunstancias de violencia o con métodos al margen de la ley.
(Ese evento, se da por la visión de Emilio Portes Gil antes de aquel discurso de Plutarco Elías Calles en el cual convoca a pasar del país de un solo hombre a un país de instituciones).
El PSF, sería demolido, digerido, por el PNR en 1932. Este año, marcaría el fin de la hegemonía de la Izquierda en las contiendas electorales en la comarca: Portes Gil, sería derrotado en su intento de reelección en la gubernatura al tiempo de ver demolida su creación partidista.
En el 1919, nace el Partido Comunista de México (PCM) en la CDMX.
Sus efectos se verían larvariamente, en algunos lugares como el centro del estado y en el enclave petrolero del sur de Tamaulipas.
El entorno anti-comunista y anti-anarquista que dominó el país –fobias anti-izquierdistas– arrinconaron en la ilegalidad al PCM.
Testimonios de militantes comunistas, relatan que José Silva Sánchez –líder de los agraristas y asesinado por los rurales– y algunos dirigentes petroleros de Tampico y Madero, fueron miembros del PCM.
Las células comunistas, que operaron de 1932 –caída del PSF– a 1973 –la incorporación del PCM a la legalidad electoral por la reforma de Jesús Reyes Heroles–, se movieron en la semi-clandestinidad y en la organización de la lucha de masas: sindicatos y comunidades ejidales.
Es decir: de 1932 a 1973 –41 años– la Izquierda tamaulipeca, no tuvo espacios para expresarse legalmente en las contiendas por el poder público en el estado.
Eso no impidió, que el PCM, lograra articular alianzas para participar electoralmente: en los años 60, junto al PARM, postularon como candidato a la alcaldía de Río Bravo, al dirigente campesino Crispín Reyes. Arrasa el agrarista. El PARM, a mitad de campaña, retira la candidatura a Reyes, quién pese a los votos obtenidos, obtiene sólo un triunfo moral.
Las participaciones electorales del PCM posteriores a su registro, fueron testimoniales en Tamaulipas. Se consideraba un avance notable, la obtención de alguna diputación o regiduría de representación proporcional.
Al paso de los años, el PCM muda de piel: pasa a ser, PSUM –Partido Socialista Unificado de México–, PMS –Partido Mexicano Socialista– y luego toma su peor rostro: Partido de la Revolución Democrática (PRD) –en su segunda etapa que se atavió de neoliberal–.
El espectro partidista regional, consumió a una parte de la izquierda: el PRD. Esta agrupación, entregó sus últimos vestigios de Izquierda, al sumarse al PAN en aventuras electorales y en posturas de franca derecha en las diversas Cámaras de diputados.
¿Queda algo de Izquierda en el sistema de partidos tamaulipeco?
Esperemos que sí.
Confiemos en que MORENA, tome aquellas experiencias para constituirse en la columna vertebral de la nueva, renovada, urdimbre de partidos en la entidad. Ser el partido en el gobierno, implica serios retos; y lo mismo: ser el motor para dar un vuelco a la cultura política y la praxis de dirigentes y militantes para recomponer la fe ciudadana quebrantada por tanto y tanto truhan que han pasado por las organizaciones políticas y los gobiernos de Tamaulipas.
Como aquel famoso cartel del PCM: ¡Ya es hora!