El panismo de Tamaulipas, podría vivir una de sus más severas fracturas el 2024. La insistencia del PAN que representan los reynoseses, capitaneados por Francisco García Cabeza de Vaca, de exhibir su control al interior de esa organización política, hace pensar en un escenario de desplazamiento de la única militancia azul que podría rescatar de la quiebra moral en la región al partido de Calderón, de García Luna y de Margarita Zavala: los siempre actuantes blanquiazules del sur del estado.
Será -como se ve el asunto- un arrebata y corre de los cabecistas. Van por los residuos de una agrupación que les dio todo y en reciprocidad ellos, lo despedazaron y lo hundieron en la descomposición más deplorable.
A los cabecistas, le importa un bledo, que su partido se degrade o desaparezca del escenario local; van por diputaciones y senadurías plurinominales de primera minoría, a costa de lo que sea.
Dejarán a sus adversarios dentro del PAN, posiciones de alta competencia y con escasas posibilidades de triunfo; serán para ellos, los lugares privilegiados en las listas del partido. Es decir: van a jugar, para perder, sabiendo que ello les resultara beneficioso.
Los reynosenses, tienen en un puño al partido en el estado; y se han metido hasta la cocina con la nomenklatura azul, que como se sabe, les ha escriturado la franquicia en la entidad.
El panismo tampiqueño, el más macizo del momento en la comarca, ha hecho un trabajo partidista formidable; ha sorteado, todos los retos que les ha representado la IV T con éxito. Si alguien ha mantenido la bandera azul en alto ante el potente avance del lopezobradorismo ha sido la militancia azul porteña.
En ningún municipio tamaulipeco, el PAN tiene tanta presencia como en Tampico.
Eso lo sabe, tanto el cabecismo como el CEN albiceleste.
Como se mueven los panistas reynosenses, pareciera que no existen compañeros de su partido con suficientes méritos para aparecer en primera línea el 2024.
¿Tendrá espacios protagónicos los cuadros azules del sur, en el proceso electoral del próximo año?
Sólo el CEN, puede responder esa interrogante.
¿Los candidatos cabecistas ganarán las más relevantes posiciones políticas-administrativas de Tamaulipas el 2024?
No se ve por ningún lado, por dónde pueda filtrarse al menos una pequeña victoria.
Los únicos actores que sacarán al buey de la barranca, serán los mismos de siempre: los tampiqueños.
Esa es la estrategia de CdeV: cosechar derrotas para llegar, por la ruta plurinominal, al Congreso de la Unión, al Senado y al Congreso local.
Le vale sorbete, la debacle de la hoy segunda fuerza; él va por lo suyo, para si y para su familia.
¿Aguantarán los panistas que se mueven al exterior del grupo del ex gobernador, otro desdén de ese largo rosario que han sufrido desde hace más seis años?
Probablemente sí.
El panismo jaibo, nunca ha visto la fractura como opción; ni en los peores momentos, ha optado por esa solución.
Los militantes azules de la frontera, seguirán acumulando desprecio pos sus correligionarios reynoseses. Reynosa, Río Bravo, Nuevo Laredo y Matamoros, tienen panismos en penosa declinación por el efecto CdeV.
En el centro del estado, se desplomará aún más; el único reducto que le queda a la ola azul -Mante- podría instrumentar como su estrategia de sobrevivencia, la parálisis.
Como se ve: las consecuencias del oscuro sexenio, serán de larga permanencia en un PAN que se ve en girones.