Cd. Victoria, Tamaulipas.- Se doctoraron en corrupción. No alcanza uno a comprender por qué no están encarcelados. Elevaron el saqueo a la máxima potencia, sistematizada en forma por demás desvergonzada.
Con la comparecencia del secretario de Obras Públicas, Pedro Cepeda Anaya, ante los diputados locales, brotó más mugre del cabecismo. Los autores, lamentablemente, siguen en la calle listos para lo que sigue.
Hay expedientes en Contraloría y Fiscalía Anticorrupción por varios millones por obras “fantamas” que se pagaron pero no se hicieron, precios “inflados”, asignaciones irregularidades. Utilizaron la secretaría como negocio familiar.
De 22 mil millones que el cabecismo destinó a obras públicas, la mitad se entregaron por asignación a 45 empresas, algunas creadas al “vapor” y sin capacidad técnica, y lo más lamentable: En algunas son socios ex funcionarios ¡de la misma secretaría!.
Patente de Corso y toda la imaginación criminal para hacerse de bienes y recursos del Gobierno del Estado, sintiéndose protegidos desde la Auditoría Superior y la Fiscalía.
Cepeda expuso parte del saqueo y dejó claro ante los diputados panistas que reclamaban por la exposición: “Es verdad lo que digo y lo sostengo”.
No dio detalles pero mencionó que tres de esas empresas favorecidas son de Reynosa, creadas en 2016 para recibir contratos millonarios sin licitación.
Los analistas voltearon de inmediato los ojos hacia los otros dos “gobernadorcitos”, Ismael y José Manuel, de quienes la voz popular señala como colaboradores del asalto a las finanzas públicas. Robos descarados es una mejor definición de lo que hicieron los panistas.
Sin amedrentarse ante gritos de los celestes, Pedro dijo que al final de la noche triste constructores dejaron pendientes obras “en virtud de que se les habían requerido fuertes sumas de dinero al margen de lo legalmente pactado”.
En lenguaje llanero se les llama el “diezmo”, elevado al 30, o “moches” para los “vencedores”, funcionarios y familiares de aquel.
Es bien sabido que, en el ocaso del gobierno, cuando ya sentían pasos en la azotea, cuando la derrota estaba anunciada, llamaron a los contratistas para exigirles dinero en efectivo –que no deja huella- para gastos de la campaña de Cásar Verástegui, y los 500 pesillos por voto a favor del PAN.
A como lo expuso el secretario de Obras Públicas, la antecesora, Cecilia del Alto López, debería estar en el bote junto con la pandilla que le ayudaron y los “cuates” beneficiados con los contratos.
Criminal que, en los seis años, registraron inejercicios por 5,400 millones –que se regresaron a la federación por no pedirlos- para obras públicas, que son suficientes para construir no un acueducto desde la presa Vicente Guerrero a Victoria, sino ¡tres acueductos!. Es mucho dinero.
Las pruebas están en las Fiscalías (General y Anticorrupción) que siguen de brazos caídos para no lastimar a los ex colegas del gobierno ¿hasta cuando?.
Se llevaron tanto dinero a la brava que, un somero análisis puede concluir que no alcanzan a salir bajo fianza en caso de ser llevados a juicio.
Y suena criminal también, saber que varios municipios, como Cruillas y Villagrán, no recibieron en el sexenio de Francisco Javier ninguna obra pública, mientras a la “segunda capital”, Reynosa, se le atendía con seis mil millones de devaluados…. Y perdieron la alcaldía.
Por la tarde se darían otras comparecencias, Adriana Lozano Rodríguez, la titular de Finanzas, y Benjamín Hernández, el secretario de Turismo.
Se esperaba lo mismo, información sobre las acciones en seis meses del gobierno de Américo, pero más pus del infecto gobierno cabecista.
Toda esta mugre, más la que se acumule hasta el final de las comparecencias debe ser motivo de reflexión de los “fiscales carnales”: Renuncian de inmediato o se quedan a cumplir con la Ley. Ya no puede haber más impunidad.
Por cierto, Tamaulipas fue motivo de comentarios en “la mañanera” del Presidente López Obrador, cuando un periodista le preguntó opinión sobre la campaña mediática que se trae el ex en contra del gobierno de Américo Villarreal.
La respuesta del inquilino de Palacio Nacional fue que “no hay nada de qué preocuparnos de estas campañas de desprestigio”, porque la gente de Tamaulipas ya sabe quienes son aquellos, y reiteró que Américo es un hombre honrado que merece todo su apoyo.
Volvió a considerar como “una hazaña” que los tamaulipecos hayan sacado al PAN y Cabeza de Vaca del Palacio estatal (a patadas), lo cual es muy cierto.
Y “Don Cachorro” Cantú, gerente estatal del PAN, preguntado sobre la ubicación de su jefe Francisco Javier, se atrevió a decir que sí ha regresado a México después de dejar el gobierno el pasado 28 de septiembre. Que estuvo en Monterrey, lo cual se duda.
Igual en duda que venga al centro del país, donde todavía gobiernan los panistas, en plan de conferencista con intención de ser candidato a la Presidencia. El miedo no anda en burro, como habíamos comentado en estas mismas líneas.
Por el sur del Estado reportan que, en la concentración de la clase política con motivo del 200 aniversario de la fundación de Tampico, causó buena impresión el desempeño de la diputada Ursula Patricia Salazar Mojica, hoy coordinadora del a 65 legislatura, tanto que parece tener el voto que necesita para aspirar a la sucesión de Jesús Nader, de lo cual luego abundaremos.