¿Y donde está el piloto de la política interior tamaulipeca?
¿Dónde está..o que hace el señor Héctor Joel Villegas González, mejor conocido en la farándula política, con el mote de “El Calabazo”..?
Hasta ahora, lejos de asumir la defensa del sexenio morenista, ante las andanadas del cabecismo, pareciera que prefiere la comodidad del silencio, y la triste postura del avestruz, sin salirle al toro, o mejor dicho a la Vaca.
Es tan despistada, (¿o sospechosa?) la actitud del próspero agricultor riobravense que, ya se especula entre bambalinas, sobre la posibilidad de que, los azules lo hayan maiceado.
Tal vez por ello, trasciende que ya le estarían preparando su relevo, en la persona de Ricardo “El Negro” Gamundi. Las anteriores obviamente son meras especulaciones, pero ya denotan que algo no funciona bien en la Secretaría General de Gobierno.
Se entiende, por la respetable naturaleza de su formación, que el señor Villegas no haya leído los manuales de la política clásica, que aconsejan no exponer al Príncipe y que sean otros quienes “apliquen los castigos”.
Aunque lo que sí es francamente inconcebible son los rumores sobre HJV, en el sentido de que anda proponiendo que los actuales funcionarios cabecistas, (Irving y compañía), sigan en sus cargos, pues no constituyen problema alguno.
Es un hecho que el gobernador Américo Villarreal Anaya, requiere de un Secretario General de Gobierno más activo, más estratega, en el sentido político del término. Sobre todo, alguien que realmente saque la cara por la 4T en Tamaulipas, ante los enemigos políticos, que siguen gozando de cabal salud. Y por lo que se ve, se enfilan con todo rumbo al 2024.
Es muy triste para los caballeros de la SG que, sea una dama inteligente y digna como la titular del área jurídica, la abogada Tania Contreras López, la que les ponga el ejemplo. La mencionada abogada continuamente está saliendo a fustigar al fiscal, para que cumpla con su deber, en lo que se refiere a las denuncias por corrupción que se han presentado en contra de los exfuncionarios del sexenio cabecista.
En el caso específico de Tania, ella está actuando con toda valentía para denunciar lo que corresponde al tema legal. Pero esta tarea debería ser complementada por el “Calabazo” en su papel de titular de la política interior de nuestro estado.
En la historia política de Tamaulipas, aun se recuerdan grandes personajes que han ocupado la Secretaría General de Gobierno. Entre ellos un Heriberto Batres García, aquel señorón que venía de la escuela de Manuel Bartlett Díaz, en la Secretaría de Gobernación. Se sabe que Batres fue un eficaz titular de la política interior, en el sexenio del ingeniero Américo Villarreal Guerra.
Es cierto que los tiempos ya no son los mismos, sin embargo hay factores inalterables que nunca van a cambiar, como son la responsabilidad, la lealtad, la eficacia y el talento para proyectar al sexenio, y al mismo tiempo proteger al máximo liderazgo político.
Esa es la tarea que aun no ha hecho Villegas González, una asignatura pendiente que por momentos pesa demasiado en el avance de un sexenio humanista, brillante y honesto como el del doctor Américo Villarreal Anaya.
Un sexenio que ha logrado uno de los mejores presupuestos federales de la república obradorista. Un sexenio que ha logrado reconstruir el puente roto que había dejado Cabeza con la federación, para convertirlo en una gran vía de cooperación y de progreso para las familias tamaulipecas.
En otras palabras, el doctor AVA está haciendo lo suyo, y creo que ha aportado una fuerza extraordinaria para derrotar electoralmente al que se considera el clan más corrompido de la política nacional: el cabecismo.
Por esa sola hazaña que fue lograda por el pueblo de Tamaulipas, de la mando con su candidato morenista a la gubernatura, hoy se requiere que los funcionarios del gabinete, como es el caso del señor Villegas, se pongan realmente la camiseta, y apoyen al líder de las instituciones en nuestro estado.
Que lo arropen ante quienes pretenden volver a sumir a nuestro estado, en la opacidad, la corrupción y el miedo.
Lo dicho: hay una asignatura pendiente en la General.