Para la diputada Casandra de los Santos tener lupus no ha sido nada fácil, ya que se vuelven comunes los comentarios o preguntas sin empatía como ¿Cuál enfermedad si yo te veo sana?… Eres muy payasa porque te cuidas mucho del sol… Te ves muy hinchada ¿subiste de peso?
Aunque hay otros más discriminatorios, que mejor me vaya a mi casa porque no tengo las capacidades físicas para atender el compromiso que la gente de Río Bravo y Reynosa depositaron en mí, lo dicen y comentan sin siquiera revisar mi labor legislativa, ni lo realizado junto a los compañeros y compañeras del Congreso de TamauLipas.
Creo que para todos los que lo padecemos, la primera batalla es la incertidumbre, la mía comenzó hace casi 2 años.
No puedo negar que el lupus fue un parteaguas, trajo a mi vida un antes y un después, además del miedo de no saber lo que nos sucede.
Aún recuerdo el día del diagnóstico lloré a solas y me cuestionaba como afrontar esta enfermedad, el lupus no tiene cura.
El lupus se presenta por episodios, en mi caso, en algunas ocasiones cuando se activa, puedo anticiparlo debido a algunos síntomas, en otras ocasiones es verdaderamente sorpresivo y agresivo, por lo que debo tomarme un tiempo para descansar, tomar mis medicamentos, quimioterapias e inmunosupresores.
Para nadie fue desconocido mi ausencia en el Congreso hace apenas un mes. Estuve 11 días en terapia intensiva de varios hospitales luchando contra esta enfermedad, pero no lo hice sola, Dios estuvo conmigo en todo momento.
En este sentido, recordó que se estableció el 10 de mayo como el Día Mundial del Lupus para incrementar la visibilidad sobre esta enfermedad crónica y grave que afecta a muchas personas en el mundo.
Sin duda es importante hacer énfasis en la educación sobre esta enfermedad por que debido al desconocimiento o la ignorancia suelen realizarse ciertos juicios y calificaciones como las que comente, que no aportan nada bueno al paciente.
En mi caso, cuando nos dedicamos al servicio público, forjamos una resistencia increíble ante las críticas y no causan daño en nuestra autoestima, incluso, sabemos que son parte del trabajo.
Pero imaginen como se sentirá un niñito, una madre, o un adulto mayor cuando minimizan su dolor físico, por ello, es muy importante que construyamos una sociedad más empática con quienes sufren cualquier enfermedad o discapacidad.
El símbolo del lupus es una hermosa mariposa, es un símbolo de esperanza, para un día mejor, para una cura. El símbolo es hermoso pero la enfermedad no lo es, trabajemos para hacer de lo invisible algo visible, concluyó.