Semana patriótica muy intensa, donde las armas del enemigo neoliberal texano, rodaron por el campo de batalla, luego de que fue descubierta la conspiración panista y rufianesca contra Tamaulipas.
El pasado martes 12 de septiembre adelanté en una columna denominada, “Envía Palacio Nacional, un mensaje a Arnulfo”. Lo que hoy es ya una realidad. Me parece que todo se sintetiza en el siguiente párrafo:
“No necesitamos decir que Arnulfo y sus secuaces están jugando con fuego. Desde luego que ya la Secretaría de Gobernación y Palacio Nacional, han tomado nota del asunto, y en las próximas horas habrá noticias de ello. Se sabe que Arnulfo va a ser llamado a la ciudad de México. Ignoramos la fecha pero será antes de las fiestas patrias”.
Hoy los hechos confirman lo que tanto insistimos en términos editoriales: el conflicto creado por Arnulfo Rodríguez Treviño y su cuarto de guerra de cuatro integrantes, siempre fue de índole político. O politiquero, para ser más exactos.
Fue un intento de emboscada al poder político de la 4T, fraguado por los grupos cabecistas en el estado, contando con operadores del llamado círculo de «La Mano Negra», en la Sección XXX.
En su momento, el gobernador Américo Villarreal Anaya le brindó al nativo del ejido El Charco, toda la oportunidad para que se luciera ante las bases, en términos de reivindicaciones sociales.
Pero Arnulfo, no captó esta dorada oportunidad. Con los años ha perdido el olfato y la visión políticas para saber detectar el momento justo en que debió aprovechar las ventajas que le ofrecía la coyuntura de su privilegiada posición en el tablero de las negociaciones.
¿Qué fue lo que ocurrió con este dinosaurio de las lides sindicalistas?
Una de las versiones más socorridas es en el sentido de que a Arnulfo le comieron el mandado sus asesores de cabecera. Especialmente cuatro de ellos, hoy considerados como los que estuvieron todo el tiempo atrás del movimiento, retorciendo las cosas. Y sobre todo, impulsando un juego de vencidas que se salía por completo de los verdaderos intereses de las bases. Se centraron en la renuncia de la Secretaria Aimé. Hicieron a un lado las verdaderas reivindicaciones para el magisterio.
Los nombres de estos cuatro oscuros personajes, de acuerdo a la evaluación del CEN del SNTE y de los observadores políticos, son: Ulises Ruiz, Mariano Lara, Romualdo Salazar y Jorge Acuña.
Fueron ellos quienes controlaron y manipularon a Arnulfo. Se rumora que algunos de estos personajes, ya son conocidos en el CEN del SNTE como verdaderas fichitas en el tema del manipuleo de las plazas, en el pasado.
¿Los hipotéticos móviles de su estrategia anti 4T?
Primero, servir a los intereses de algunos grupos políticos especialmente de la frontera; dos, empoderarse doblegando al gobierno estatal y colocando piezas estratégicas en temas como el USSICAM, el órgano regulador de plazas laborales.
Y punto tres: estos cuatro asesores “patito”, tienen una estrecha relación con personajes del pasado cabecista.
Hoy la movilización magisterial ha llegado a su fin. Y por lo que se observa, el gran perdedor político y gremial, es el profesor Arnulfo Rodríguez Treviño.
¿Pruebas de ello?
No pudo provocar la renuncia de Aimé Castillo Pastor, planteamiento que prácticamente ha quedado sin efecto, pues lo más relevante es atender los puntos de la mesa de negociación.
Otra demanda del pliego petitorio indica que, el llamado USSICAM sigue bajo el control gubernamental. Y Arnulfo y su camarilla, seguirán sin poder ejercer en lo esencial, presiones que alteren el funcionamiento normativo de dicha dependencia.
Lo cierto es que hoy las bases que acudieron de buena fe a participar en el plantón, hoy se están volviendo contra su líder Arnulfo, al cual responsabilizan del aborto del movimiento. Y sobre todo, hacen conjeturas sobre los “pecados sindicales” de su dirigente al cual, ahora se sabe, le leyeron la cartilla desde el centro del país.
Arnulfo termina con un exiguo capital político en la Sección XXX.
Su autoridad en términos sindicales se observa muy mermada. Y con su derrota política, es muy probable que en lo interno, los grupos de Abelardo Ibarra y José Hamscho retomen posiciones estratégicas. Sobre todo Abelardo que según se sabe sigue contando con miles de seguidores en el SNTE tamaulipeco.
Habrá que ver lo que sucede en los próximos días. Pero por ahora, lo que se ve, de manera objetiva es que Arnulfo llevó al movimiento magisterial a la derrota.
Pudo haber surgido como ganador. Pero sus cuatro ases-ores de cabecera lo empinaron políticamente hablando.
Sin quitarle ni ponerle. Esa es la realidad que emerge, en la patriótica víspera tamaulipeca.