¡Preparen el camino del Señor!
Hermanos y hermanas en la fe católica el tema principal del Segundo Domingo de Adviento es una invitación a preparar el camino del Señor. En unas dos semanas, será la celebración de la Navidad, algunos de nosotros ya hemos decorado nuestras casas, hemos colocado el nacimiento y nuestros árboles de Navidad, también se han comprado con anticipación los regalos, e incluso hemos asistido a un par de fiestas.
¿Qué más hay que preparar? Nuestras lecturas de hoy nos dan tres recordatorios para ayudarnos a prepararnos bien.
Primero, tenemos que recordar que somos parte del Proyecto de Dios. Juan el Bautista llevo a cabo el cumplimiento de la profecía dada por el profeta Isaías, Juan fue llamado desde el principio para hacer algo de acuerdo al Proyecto de Dios, también nosotros tenemos ese llamado, Dios también nos invita a que hagamos algo a ejemplo de Juan el Bautista. ¿Cómo esta nuestra generosidad a lo que Dios nos invita?
Para prepararse bien en el tiempo de Adviento, oremos con fervor a Dios preguntándole cuál es su plan para mi, y sobre todo que pueda responder con generosidad a su proyecto. En ese clima de oración, además de orar por cosas que queremos y necesitamos, pidamos a Dios la gracia de ser sensibles y generosos al permitir que los planes de Dios se desarrollen en nuestras vidas.
Segundo, para prepararnos bien en el tiempo de Adviento, debemos recordar que Dios es paciente con nosotros. San Pedro nos dice en la segunda lectura: «No es que el Señor se tarde, como algunos suponen, en cumplir su promesa, sino que les tiene a ustedes mucha paciencia, pues no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.”
Dios es muy paciente con nosotros, y por dicha razón, tenemos que esforzarnos por cambiar nuestros malos caminos, nuestra mala vida, nuestros vicios. El tiempo del Adviento llega a nosotros como una oportunidad para “enderezar nuestros caminos. ¿Estamos aprovechando esta oportunidad en el tiempo de Adviento o estamos perdiendo el tiempo pensando en dejar todo hasta el final?
Finalmente, para preparar el camino del Señor, no debemos olvidar mirar a Jesús. La Navidad es un momento feliz para pasar con la familia y los amigos, podemos divertirnos e incluso sentirnos contentos por haber recibido muchos regalos. Pero no olvidemos que todos estos regalos, son secundarios, no deben distraernos de la verdadera razón de esta hermosa temporada.
Juan el Bautista estaba ganando popularidad como un predicador excepcional y por el bautismo que ofrecía, la gente pensaba que él era el mesías que estaban esperando. Juan el Bautista nunca tuvo la idea de que él, era más importante que Cristo, esa también debería ser nuestra actitud, que la celebración de la Navidad se centre en adorar a Jesús y no permitamos que nada ni nadie quiera usurpar el lugar del Maestro Jesús. ¡La Navidad es Jesús!
Queridos hermanos y hermanas en la fe Católica mientras preparamos el camino del Señor, recordemos que somos parte del hermoso Proyecto de Dios, tenemos que rezar para que nos ilumine, también, que Dios es paciente con nosotros, y que deberíamos esforzarnos por cambiar nuestros caminos, y finalmente, que Jesús es el centro de la Navidad y no nosotros. Sigamos viviendo el hermoso Tiempo del Adviento.
Con mi oracióin, cercanía y gratitud.
Pbro. Lic. Andrés Figueroa Santos.