Segunda manifestación de Dios en este tiempo de Navidad
Estimado hermano, en este domingo de la Epifanía del Señor (Ciclo B), la Palabra de Dios nos habla con el Libro del Profeta Isaías (Is 60,1-6); el Salmo 71 (Que te adoren, Señor, todos los pueblos); la carta de san Pablo a los Efesios (Ef 3,2-3.5-6); y el Evangelio de San Mateo (Mt 2,1-12). El tema central: La Epifanía, es la segunda manifestación de Dios, ahora a los Magos de Oriente, en este tiempo de Navidad.
Deseo compartir esta reflexión en tres pequeños apartados:
El contexto litúrgico. La clave para entender el texto de los Magos (sabios o astrólogos) narrada por el Evangelista San Mateo es la contraposición entre dos actitudes: Israel, su pueblo, rechaza a Jesús, mientras que los paganos le reconocen como Hijo de Dios.
Los Magos sienten alegría, se ponen en camino, reconocen a Jesús como rey de los judíos y le adoran. Mientras que Herodes, Jerusalén, los Sumos Sacerdotes y los Maestros de la Ley se turban ante la noticia de su nacimiento, obran testarudamente y planean la muerte del Niño.
La alegre y buena noticia de la Epifanía. San Mateo, en el texto de los Magos nos trasmite una doble alegre y buena noticia: Dios se nos ha manifestado plenamente en Jesús de forma visible, cercana y palpable; y, Dios es para todos, no es propiedad de nadie.
Cuando reflexionamos o contemplamos el Evangelio, nos damos cuenta de que no importa sólo el hecho de la manifestación, sino el modo de manifestarse: no es sol que deslumbra, sino estrella que seduce; no es un súper hombre, es un niño, un bebe; no es Mesías guerrero, sino pacificador; no es en Jerusalén ni en el Templo, sino en Belén.
Así, San Mateo nos descubre en Jesús el gran paso de Dios que salva la trascendencia, la lejanía; el silencio, y llega a nosotros, no para que nos tomemos una foto, o le demos like, se acerca a nosotros para abrirnos su corazón y meternos dentro de él.
La segunda noticia: Dios es para todos, no es propiedad de nadie, San Mateo lo plasma en este texto de los Magos y la estrella. Dios no tiene preferencias por una raza o un pueblo. Unos extranjeros llegaron a Belén, pero para Dios no hay extranjeros, no hay fronteras ni divisiones. Para Jesús todos cabemos en su casa, todos somos sus hijos, todos somos uno en Jesús.
Una catequesis de fe. Todo el texto de los Magos nos presenta un proceso de fe en sus distintas etapas:
Ven la estrella: se dejan interpelar por el signo; están abiertos a la sorpresa y a la novedad de Dios.
Interpretan el signo: es difícil interpretar los signos de Dios, para ello es necesario orar, esperar, discernir y ver los efectos.
Se ponen en camino: exige desprendimiento, desapego y desinstalación. Se hace difícil porque nos aparta de la familia, las costumbres adquiridas y de nuestras propias seguridades, para ponernos solamente en el camino de Dios.
Perseveran: a pesar de las dificultades, del ocultamiento. Es ahí donde se acrisola la fe.
Buscan responsablemente: aunque la fe sea un don y Jesús se nos ofrezca gratis, Dios siempre pide nuestra colaboración. Los Magos buscan, preguntan, estudian, rezan, esperan y siguen caminando.
Adoran: el gesto de los Magos ante el Niño expresa la actitud primera de todo creyente ante Dios. Adorar, es agradecer el don recibido, sentirse agraciado y reconocer el misterio de amor que nos supera y nos envuelve en la gratuidad de Dios.
Ofrecen dones: la fe es compromiso, no bastan los sentimientos. El oro, el incienso y la mirra son signos de su compromiso de su fe y de su amor a Dios. Ofrecieron lo mejor que tenían: se ofrecieron ellos mismos.
Vuelven por otro camino: es el cambio de vida que abre la fe, pues el encuentro con Dios transforma. Ahora siguen el camino de Dios, el de la libertad; muy lejano al del poder y la tiranía de Herodes.
Dan testimonio: Así, se convirtieron en estrellas para otros. Y aunque el Evangelio no lo diga, pero el que la Buena Noticia haya llegado hasta nosotros es prueba y garantía segura de ello.
Estimado hermano, pido a Dios te bendiga y que nos conceda vivir con alegría y hacer de este año civil que estamos iniciando un camino de fe, a ejemplo de los Magos de Oriente. Bendecido domingo, y por favor, no te olvides de rezar por la conversión de un servidor y la de todos los sacerdotes de nuestra iglesia diocesana.