Donde antes hubo malos manejos y disimulo, hoy vemos transparencia.
Puentes, hospitales, carreteras, más lo que se acumule, es la herencia del prianato, en materia de obras lastradas por la codicia y la corrupción.
Esta enfermedad moral y política que tanto daño ha causado a la sociedad tamaulipeca, hoy está siendo curada a base de honestidad y pulcritud por el doctor Américo Villarreal Anaya.
Igual que la carretera Tula-Ocampo, similar al decadente y abandonado puente roto, hoy el líder de la 4T en nuestro estado, le está metiendo mano a un hospital maderense con casi diez años de estar postrado en terapia intensiva y el abandono.
Y es que la transformación actual emprendida desde el máximo cargo del gobierno estatal, no solo implica la realización de nuevas obras. Equivale también al rescate de aquellas infraestructuras enmohecidas por la toxicidad de los moches y el contratismo, que en el pasado, y especialmente en el sexenio cabecista, galopó a sus anchas.
El nuevo hospital civil de ciudad Madero duró aproximadamente ocho años en el olvido de las políticas públicas. Su paralización fue consecuencia de los malos manejos y el pillaje que se enseñoreo de los gobiernos prianistas. Dicha obra recibió millonadas de inversiones, pero aun antes de que llegase a un cincuenta por ciento de su realización, fue declarada inoperante.
El dictamen que en su momento se emitió, concluyó que este nosocomio llamado a atender el dolor humano, sufría de fallas estructurales.
En automático, este proyecto estratégico de la salud maderense fue incorporado a la larga lista de obras chatarra, convertidas en pequeños monstruos nido de complicidades y de ganancias ilícitas. Igual había sucedido antes con otro hospital en la ciudad de Reynosa.
Jamás se deslindaron responsabilidades y los funcionarios involucrados en estas relaciones de abierta y nefasta complicidad, jamás fueron molestados, ni con el pétalo de una demanda.
Y es que durante lustros y décadas, uno de los sectores favoritos del contratismo por parte de constructores venales, fue justamente todo lo relacionado con el tema de la salud pública.
Pero el saqueo a las arcas gubernamentales, no concluyó con el lucro en la construcción de las obras. Los personajes oscuros del prianato demostraron, como dice el Presidente AMLO, que no tienen llenadera. Y volvieron a saturarse los bolsillos con la compra de equipo médico destinado a instalarse en los hospitales inconclusos.
Muchos de estos equipos fueron embodegados, condenados al deterioro, mientras que otra parte de dichas entregas fue remitido a algunas clínicas. Sin normatividad. Sin leyes. Todo sometido a la rapacidad.
En el caso específico de Madero, era imposible equipar al Hospital civil, porque a mediados del 2022, o sea hace casi un año, el mencionado nosocomio, registraba apenas un 40 por ciento de su obra negra. De ese tamaño y dimensión era el crimen contra la salud de las familias tamaulipecas.¿, urgidas de atención médica.
Cuando el doctor AVA llego a palacio de gobierno, apoyado por más de setecientos mil ciudadanas y ciudadanos, deseos de un cambio verdadero, de inmediato se aplicó al rescate de aquellas obras, manchadas por la opacidad y la ambición de dinero fácil.
Bajo una estricta normatividad y vigilancia, los trabajos fueron reanudados, todo esto contando con el puntual apoyo del Presidente Andrés Manuel López obrador.
El viernes de la semana anterior, como todos sabemos, AMLO realizó una gira por el sur del estado. Acompañado por el gobernador, el jefe político del país realizó un recorrido de supervisión por estas obras de infraestructura. Fue ahí en ese lugar donde López Obrador se comprometió a garantizar el presupuesto necesario para la feliz conclusión del hospital maderense, aun y cuando su gestión sexenal termina en septiembre.
Es así como ya desde ahora, en Madero se perfila un moderno nosocomio que será orgullo de las familias del sur tamaulipeco. Y no solo se atenderá ahí a la gente de nuestro estado, sino también a pacientes provenientes de las entidades federativas vecinas.
El HC de ciudad Madero contará con servicios de alta especialidad, como por ejemplo su sala de hemodinamia, misma que ya fue debidamente instalada en el pasado mes de febrero.
Dice el refrán que más vale tarde que nunca. Y es así como después de una década de penurias y de abandono, propiciadas por la corrupción de los gobiernos prianistas, el sur de Tamaulipas contará con un hospital digno de las familias trabajadoras.
En el fondo de todo este drama hospitalario, resuelto por la 4t obradorista y americanista, lo que estamos viendo es el accionar del nuevo modelo IMSS-Bienestar, al cual se siguen oponiendo los prianistas y su candidata presidencial Xóchitl Gálvez.
En esa misma canasta de los que en el pasado y pasado inmediato lucraron criminalmente con la salud de las familias tamaulipecas, se encuentran personajes de los fallidos vientos de cambio. Y también del prianato egidista que hoy se encuentran en Texas y en San Pedro Garza García Nuevo León.
Todos ellos buscan regresar al poder en esta elección 2024. Pero el pueblo tamaulipeco ya los conoce. Los identifica. Y sabe quienes fueron los que se hincharon de billetes, en temas como la salud y las obras públicas entre otros.