Cd. Victoria, Tamaulipas.- Cumplió 57 años y ni se le notan. El 24 de
septiembre rendirá protesta por segunda vez como presidente de la antigua
Villa de Aguayo. Si alguien conoce de tenacidad y esfuerzo, sin llorar, es
Eduardo Gattás Báez.
Se apresta a rendir su último informe el tres de septiembre. Es el primer
edil que va por dos trienios consecutivos, y a lo mejor el último. La
reelección está por desaparecer.
Dos derrotas al hilo como candidato a diputado local, por el PRI, y una
por Morena a la alcaldía. Ganó a la tercera. Dos de cal por dos de arena.
Dicen que morder el polvo genera enseñanzas si se tiene el carácter. Lo
tiene, de lo contrario se habría retirado a la vida privada.
En 2016, sin protestas ni pataleos aceptó su derrota como diputado
frente a alguien que no hizo campaña, Teresa Aguilar, distrito 15, en lo que
se llamó el fenómeno “vientos del cambio” de Francisco García Cabeza de
Vaca. No pocos se fueron dormir, perdiendo, y despertaron con triunfos en
la bolsa.
Abandonó el Revolucionario cuando este arrió banderas frente al
cabecismo y se entregó en cuerpecito y alma. El alcalde Oscar Almaraz
Smer, como esquirol, se había puesto al servicio de los panistas. Se
enamoró de sus verdugos hasta llegar al amasiato político.
En 2018 perdió pro primera vez la presidencia capitalina. El “sistema” se
la regaló a un tipo briagadales que dejó destruida la capital y sus servicios,
“ayudado” por Pilar Leal Gómez, parientita de Cabeza de Vaca.
Tres años después volvió a la aventura. No lo espantaron los “destapes”
de Ismael “El Rocket” Valdez y Luis Torre Aliyán (el beisbolista huyó cuando
le publicaron problemas legales, conyugales, en los Estados Unidos).
Eduardo se quedó con la candidatura y por primera vez probó las mieles
del triunfo.
No odia ni es rencoroso, cree en el karma, no como venganza sino como
como respuesta divina a lo que cada quien da, si es amor recibe amor, si es
odio, recibe odios.
Por eso, cuando el TRIFE le negó la candidatura a diputado federal a
Francisco Cabeza de Vaca, su enemigo, Gattás se concretó a decir: “Hay
karma, el señor se portó muy mal con los tamaulipecos y en ese sentido
está cosechando lo que sembró. Se llama justicia divina”.
Sabe de golpes físicos y emocionales. Como motociclista profesional
tiene más de 50 huesos fracturados en su cuerpo. Cuando Cabeza de Vaca
ordenó aprehenderlo puso pies en polvorosa, huyó brincando bardas del
fraccionamiento donde vive.
Ha sido víctima de madruguetes y traiciones. En marzo del presente, su
amiguito “Tico” García, con la complicidad de Mario Llergo, Manuel Muñoz y
Cano Arcenio Ortega le asestaron la puñalada trapera para dejarlo fuera de
la candidatura a la reelección.
Lo salvó Américo Villarreal, su amigo, sabedor que García, un bisoño en
la política, no tenía los tamaños para vencer a un mañoso dinosaurio como
Oscar Almaraz Smer. Rindió buenas cuentas al jefe político.
Gattás tenía la experiencia del 2021 de haber mandado a morder tierra,
no a Pilar Gómez Leal -la parienta de Francisco Javier-, sino a toda la
nomenklatura perversa de Palacio de Gobierno y su chequera oficial.
El gobierno municipal cierra sexenio. No hay equipo de transición
porque son los mismos y continuarán. Solo informes a la Auditoría Superior.
Va bien pescado del tráiler americanista. Sabe que las decisiones que se
tomen en los siguientes años tendrán un mismo origen. Si le va bien más
allá 2027 -ni modo de ir a descansar a su casa-, serán designios del 15
Hidalgo y Juárez.
Su amigo nunca lo ha dejado solo, le mandó camiones de basura, pipas
de agua y hasta una barredora que le chocaron la semana pasada.
La plaza es territorio morena, suya. Si hay fuego amigo sabe de dónde
puede venir, si el aroma es de desinfectantes y productos de limpieza.
Lamentable deceso del periodista Guadalupe Díaz Martínez, segundo de
la dinastía de El Gráfico de Tamaulipas, ocurrido este sábado luego de
varios días con problemas de salud. Cumpliría 70 años (13 de noviembre).
Conocí a Lupe en 1971 cuando yo cubría notas policiacas bajo la
dirección de su padre, Don Lupe. El diario tenía un año de fundado (febrero
de 1971) y comenzaba la más alta circulación de un impreso en la capital.
Al casarse (ese mismo año), su papá lo puso trabajo intenso, desde
“ponchar” (ahora en las computadoras) a repartir periódicos, comprar
materias primas y hasta tomar fotografías. Un todólogo.
Bajo su mando, como director, con una poderosa redacción dirigida por
Jorge Rodríguez Treviño, El Gráfico vivió su época de oro en circulación con
un principio determinante: No censurar ni dar línea a sus escritores.
La familia Díaz está de luto. Después de Don Lupe Díaz Jr. falleció Mary
y Cuauhtémoc (Temo), que fueron pilares del periódico, y Jorge Rodríguez,
el eterno Subdirector. El pésame para sus hijos y familiares.
En Reynosa se regularizó el problema de agua potable. La
administración de Carlos Peña Ortiz, diseñó plan de contingencia para
enfrentar la escasez generada por el racionamiento de Conagua. Incluso el
municipio aporta más de cinco millones para que el organismo federal
termine cuanto antes las obras sobre el canal Anzaldúas y se normalice el
servicio.
A partir de este domingo entraron en operación hasta 20 pipas que
surten del vital líquido a sectores de tandeo.