No habían transcurrido ni dos horas y media de que el Congreso tamaulipeco había colocado candados legales a la llegada de Ismael García Cabeza de Vaca, cuando ya la sala regia del Tribunal Electoral de la Federación ya estaba blindando al brother texano. ¿Así o más maiceados los nichos de doña justicia federal?
Se sabe también del amparo que un juez le concedió a Ismael para que no pueda ser detenido.
Gerardo Peña, igual anda emproblemado con la justicia, inhabilitado por presunta negligencia administrativa.
¿Qué no eran estos dos, los operadores estelares del sexenio cabecista que arremetieron contra sus opositores, por la vía de las denuncias penales?
Tanto Gerardo Peña como Ismael Cabeza de Vaca carecen de autoridad moral para pegar de gritos y ponerse el saco de perseguidos políticos. Porque ellos dos fueron los principales operadores de un sexenio azul persecutorio hasta decir basta, y gobernaron con el ministerio público en la mano. Su huella indeleble en la historia de Tamaulipas, es la de la intolerancia y el autoritarismo.
Eso que ahora están recibiendo por parte del pastor morenista del Congreso y antiguo militante del PAN, Humberto Prieto Herrera, no es otra cosa que una sopa de su propio chocolate. En otras palabras ellos fueron los que le enseñaron al actual líder del congreso tamaulipeco, el caminito y las formas heterodoxas de combatir a sus adversarios.
¿Cómo es posible que ahora denuncien persecución, cuando en ese terreno, ellos fueron implacables? Cuestión de documentar la tortuosa marcha del sexenio azul 2016-2022, para confirmar que ejercieron el poder, apegados a los más cuestionables procedimientos, huérfanos de ética y de principios.
Digamos que extrajeron lo peorcito del filosofo y escritor florentino Nicolas Maquiavelo, cuando recomendaba a las hombres de su tiempo, ocultar sus verdaderas intenciones. Y despojarse de todo escrúpulo en aras de preservar la hegemonía y la seguridad del Estado.
Ciertamente la política no es un juego de niños consentidos. En la actualidad las reglas de la democracia partidista definen los escenarios del poder. Y los que un día estuvieron arriba imponiendo el mayoriteo, al siguiente pueden ser parte de las minorías plañideras.
Para nadie es un secreto que los Cabeza llegaron en el 2016 con mucho poder, pero no supieron que hacer con el mando público. Se envanecieron y se les vio caminar por el carril de la petulancia, la soberbia y la altivez. En lugar de optar por la sumatoria de fuerzas, les dio por creer que siempre serían los dueños del látigo y del chirrión, pero la rueda de la historia dio vueltas.
Los cabecistas arribaron por la vía del voto al poder en el 2016, con la imagen del más grande de los emperadores romanos, Octavio Cesar Augusto. Pero la decepción que a lo largo de seis años sembraron en el pueblo de Tamaulipas fue tan grande que salieron de Palacio de gobierno, como los más decadentes Calígulas.
—RENUNCIA EL PROTECTOR DE LA IMPUNIDAD CABECISTA—
Raúl Ramírez Castañeda quien fue nombrado expresamente por el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca en 2021, con la encomienda de protegerle la salida sexenal, y de prolongarse por ocho años en el cargo, como arropador de la impunidad panista, renunció recientemente. Su estancia en una fiscalía anticorrupción chimuela era ya insostenible. Y ya no había de otra. Renunciaba o lo corrían por la puerta de atrás.
¿Qué fue o que provocó que este hombre de todas las confianzas cabecistas, cambiase repentinamente de parecer, cuando en mayo de 2023, desafió al gobierno del doctor AVA, advirtiendo que:
–Yo fui elegido bajo lineamientos de transparencia y democracia, por eso no está contemplada mi renuncia.
En ese tiempo Ramírez Castañeda se sentía arropado por las instituciones del poder Judicial federal. Se le veía muy seguro y aseveraba que el Congreso no podía destituirlo. Y así fue, la LXV legislatura local, nunca pudo hacerle nada, pero en los tiempos de la mayoría calificada de MORENA, en lo que es hoy la legislatura LXVI, lo hicieron saltar como tapón de sidra.
El funcionario alter ego de Cabeza de Vaca, todavía tuvo el cinismo de agradecer en su carta de renuncia, la confianza que le tuvo el pueblo de Tamaulipas, cuando jamás confiaron en él. Y siempre lo vieron como un bicho raro que en lugar de combatir la corrupción de su patrón Cabeza, siempre se dedicó a bloquear toda investigación y acusación contra el pasado sexenio de los fallidos vientos de cambio.
POSDATA. Las mujeres integrantes de la comitiva parlamentaria que acompañó a la Presidenta Claudia Sheinbaum fueron: Julieta Ramírez Padilla, Edith López Hernández, Laura Itzel Castillo, Andrea Chávez Treviño, María Martina Kantun Can y Lizett Sánchez. Y las diputadas que participaron en atención a una lista palomeada por los altos mandos fueron: Irma Juan Carlos, Merylin Gómez Pozos, Ana María Lomelí, Flor de María Esponda, Diana Karina Barrera, y Claudia Leticia Garfías. NADIE MÁS.