Cd. Victoria, Tamaulipas.- Resultado de la voracidad de los últimos cuatro ex Gobernadores, Tamaulipas tiene una deuda pública que acabará
de pagar hasta ¡noviembre del 2048!.
Son 20 préstamos con la banca comercial cuyas cifras iniciales sumaron
31 mil melones.
El compromiso más cercano se terminará en 2030, algo increíble cuando
en 1999 el Estado tenía una deuda de 373 millones (POE), de ellos 50 con
Banorte. El resto con el Banco de Obras y Servicios Públicos.
Hoy a Banorte se le deben nueve mil 500 millones, que se fueron
acumulando desde 2009.
Francisco, Egidio, Eugenio y Tomás no empeñaron a Tamaulipas –
bueno, si vendieron en ganga 1,600 hectáreas en Altamira y predios en
Madero y Soto la Marina- porque Dios es muy grande y el pueblo les habría
iniciado una Revolución. De ese tamaño.
Con Enrique Cárdenas, Américo y Cavazos, se pedía a Banobras para
proyectos de infraestructura en beneficio de comunidades, pagando
intereses blandos. La política era no pedir prestado, hacer todo con
recursos propios.
Al 24 de septiembre del presente, el endeudamiento del Estado
asciende a 15,250 milloncillos, como decíamos, que vencen dentro de 24
años (algunas reestructuraciones). Los ex se pasaron la Ley por el arco del
triunfo.
Pues bien, el Gobernador Américo Villarreal acaba de solicitar un
préstamo para construir 15 estaciones de la Guardia Estatal en la faja
fronteriza. Se trata de 1,123 millones en uno o varios montos.
Respetuoso de la Ley, pidió que el decreto de los diputados apunte que
esa lana deberá liquidarse antes del 30 de septiembre del 2028, es decir,
cuando le toca entregar la administración estatal. Nada de saludar con
sombrero ajeno -con obras- ni dejar cola transexenal.
Si lo hubieran hecho los anteriores, otro gallo nos estaría cantando en
cuanto a presupuesto estatal. Los antecesores dejaron embargadas las
participaciones federales e impuesto sobre nóminas por largos años.
A 15 días de terminare su ejercicio, Yarrington tuvo la ¿desfachatez? De
pedir 700 millones que nunca se supo para qué, en que se gastaron. Llegó
a decirse que fue el “retiro” propio y de sus colaboradores.
Al 31 de enero del 2004, Tamaulipas debería a Banobras y banca
privada 931 melones, todo bien explicado.
Entre 2003 y 2004 Tomás se hizo de 700 millones en dos partidas con
Serfin. Ahí comenzó el desenfreno de las siguientes administraciones que
paró con la llegada de la 4T.
Interponían cualquier pretexto endeudar a los tamaulipecos, que la
seguridad pública o la pandemia de Covid.
Eugenio Hernández dejó temblando las finanzas. Al 31 de diciembre del
2010 (POE) el gobierno debía siete mil millones, prácticamente todos a la
banca privada. Las participaciones no llegaban a Finanzas, sino a los
bancos a través de fideicomisos especiales ¡que también cobran! por
manejo.
Hasta da risa lo que Gaño mandó en la iniciativa de decreto, en cuanto
al plazo de pago: “Siempre y cuando no exceda de un máximo de 30 años”.
Dejaba embargadas las finanzas de los siguientes cinco Gobiernos.
El 3 de junio del 2009 los diputados avalaron seis mil melones para
construir lo que hoy es el Parque Bicentenario y el Congreso del Estado. Es
lana que todavía se está pagando, con intereses.
Por lo menos se ven las obras, ahí está la Torre Bicentenario, el parque,
el Palacio Legislativo y el Archivo del Estado.
Egidio casi dobleteó el endeudamiento, con el cuento de que pagaba la
alimentación y estancia de elementos del Ejército Mexicano, en tanto que la
inseguridad nunca se dijo reducida. Fue la época más negra para los
tamaulipecos.
Las cuentas por pagar, al 30 de septiembre del 2016 sumaban 11 mil
930 millones, a pagarse ¡entre 2030 y 2032!. El dinero se fue prácticamente
a gasto corriente, no en obras. Dos mil millones se contrataron entre 2015 y
2016.
Francisco Cabeza de Vaca también se sirvió con la cuchara grande. El
saldo de la deuda al 31 de diciembre de 2022 andaba por los 16 mil
millones, más los cuatro mil que firmó en asociación privada más allá de su
sexenio.
Y eso que de Doña Federación le negaron seis mil melones que quería,
con el pretexto de combatir la pandemia. Con esa desvergüenza.
Es el primer préstamo -más allá de un año- que pide la administración de
Américo. La cubrirá su gobierno antes de irse.
Hablando de otros temas, la administración municipal de Victoria que
preside Eduardo Gattás Báez, culminó los foros para definir objetivos,
estrategias y acciones del Plan Municipal de Desarrollo 2024-2027, en que
participó con interés la sociedad organizada. Hay propuestas novedosas
que luego se darán a conocer.
Gattás, por cierto, fue a la gran capital atendiendo la invitación del
Secretario de Gobernación, para participar en la presentación del Programa
Municipal de 100 puntos, que encabezó la Presidenta Claudia Sheinbaum.
Regresará con cosas buenas para Victoria.