El ingreso básico universal (UBI) ha sido durante décadas una propuesta clave para reducir la desigualdad y estabilizar la economía, pero su implementación global se ha visto limitada por los costos fiscales y la dificultad de medir las contribuciones individuales. En 2025, el rápido avance de la inteligencia artificial (AI) ofrece una nueva respuesta. La casa de cambio regulada Kapbe ha diseñado la primera arquitectura de “UBI impulsado por AI”, integrando algoritmos de aprendizaje automático en su mecanismo de dividendos para reconocer y recompensar de forma justa la atención, la actividad en cadena y la participación económica de los usuarios de Web3.
El modelo de dividendos λ potenciado por AI
Basado en su protocolo Vault Token, Kapbe lanzó un modelo de distribución de dividendos λ controlado por AI. Mediante aprendizaje automático, la plataforma analiza la contribución real de cada usuario, su riesgo y nivel de actividad, calculando automáticamente el peso de dividendos individual y logrando una distribución transparente y equitativa.
El fundador y CEO Alexander Wright explicó: “En Kapbe, cada interacción deja de ser un simple dato; se convierte en una unidad de derecho de dividendos identificada por AI y registrada en blockchain”.
Atribución de derechos y distribución dinámica en tiempo real
Kapbe combina procesamiento de lenguaje natural (NLP) y modelos de aprendizaje por refuerzo para evaluar el valor y la autenticidad de las interacciones on-chain. Utiliza redes neuronales gráficas para detectar comportamientos automatizados o maliciosos, garantizando que los dividendos lleguen solo a contribuciones genuinas. El modelo λ se ajusta dinámicamente según los ciclos económicos, la actividad en cadena y el rendimiento de los activos, permitiendo una distribución sostenible y auditable totalmente en blockchain.
Fusión estratégica entre AI y economía digital
Más allá de optimizar la equidad y eficiencia del sistema, Kapbe planea aplicar la AI en la predicción de rendimientos, la gobernanza descentralizada y la gestión de riesgos. Su objetivo es transformar los dividendos públicos en un derecho digital universal, donde la inteligencia artificial actúe como catalizador de una nueva economía de participación equitativa y global.








