Cd. Victoria, Tamaulipas.- Experimentado, camaleónico para superar situaciones adversas, en otras fingiendo la “muerte del tlacuache”, Arnulfo Rodríguez “la lleva” como dirigente de la sección 30 del SNTE.
Superados malos entendidos, hoy está “a partir un piñón” con el gobierno de la Cuarta Transformación Tamaulipas, lo que redundará en bien de la educación y el profesorado.
Es único en la historia gremial local que, por virtudes o accidente, ocupa por segunda vez la dirigencia. Terminó su primera incursión en septiembre del 2013.
Regresó “bravo” a finales del 2022, pensando que seguían los tiempos “del güerito de ojos de color” –como le decía a Geño Hernández-, a quien le sacó provecho a cambio de votos para el partido en el poder. Vivieron complicidades.
Estando bien con el Dios de la esquina del poder, le tocó chasquear los dedos a varios secretarios de educación. Eran los líderes más apapachados y consentidos. Hacían creer que tenían en un puño a los agremiados.
Parte de los altos mandos de la secretaría de Educación procedían del SNTE, en una simbiosis en que nunca se distinguió quien era el patrón y quien el empleado.
Obedecían igual instrucciones de “la mamá grande” como le llamaba él a Elba Esther Gordillo, la última cacique, la que lo impuso en ese entonces.
Arnulfo influyó en dos gobernadores, Geño y Egidio. Los mandaba llamar para festejar su cumpleaños a lo grande, con miles de seguidores.
Lo sucedió Rafael Méndez Salas, que no era de su pupilo pero siguió esa sociedad perversa que abarcaba –además de Educación- el Partido Nueva Alianza para cederle posiciones en el Congreso del Estado y ayuntamientos.
El profe rural hasta se hizo postular como candidato a senador por el PANAL, para conquistar dudosos cien mil votos que más parecían venir de los “ingenieros” priístas.
Enfermó en mayo del 2012 luego de estar en una de las últimas encerronas con la matriarca, allá en Baja California. Se repuso.
Pronto comenzó el declive para el orgullo del ejido El Charco, municipio de Villagrán. Su “mamá” y protectora fue arrestada en febrero del 2013 y, a finales del mismo año había perdido su propia sucesión.
Siguió perdiendo cuando en octubre del 2016 surgió como nuevo sol magisterial otro padillense, Rigoberto Guevara Vázquez, para hacer una de las más largas dirigencias, más de seis años con motivo de la pandemia.
A Rigo le tocó bailar con la más fea, enfrentarse a los cabecistas que destruyeron la estructura magisterial.
Rodríguez se refugió en Nuevo Laredo, su tierra adoptiva, en espera de nuevas oportunidades. Desde allá vio como Francisco Cabeza de Vaca y corifeos, a través de Héctor Escobar Salazar, acababa con los “cotos de poder”, derrumbaban el poder sindical cuyos cimientos impulsó hace décadas el cacicazgo de Jesús Cervantes Sánchez.
Al regresar como nuevo líder, por primera vez con el voto de las bases, las condiciones habían cambiado. Morena comenzaba su primera administración con los principios de no robar, no mentir y no traicionar. Se habían ido el PRI y el PAN.
Gritón al principio, el viejo comprendió que era mejor “llevársela tranquila” para sobrevivir en esa selva de fifís conservadores contra los transformadores. Comprendió los tiempos. No le puede tirar patadas al balancín.
Su líder nacional, Alfonso Cepeda Salas, llegado en febrero del 2018 prácticamente con la 4T, dijo en la conmemoración de los 4 años de López Obrador en el poder, que “ternemos un presidente que se ha ganado la estimación, el reconocimiento, el aprecio y el afecto de todas las maestras y maestros de México”.
La semana anterior, cuando está por llegar los 5 años, Cepeda dijo que los profes lo apoyarán “hasta el último momento” como Presidente, porque los maestros “han recuperado la certeza laboral, mejores salarios y han mantenido sus derechos”.
Este 15 de mayo, Día del Maestro, el de Villagrán se fue a presidir con el Gobernador Américo Villarreal los respectivos festejos.
Se refirió al médico cardiólogo como “un amigo de los maestros” y reiteró su compromiso de trabajar de manera conjunta por la superación de la educación. “No le vamos a fallar, vamos a salir adelante; cuente con nosotros”, reiteró el egresado tamatanero.
Américo y Arnulfo entronizaron a dos maestras en la Galería de Honor del Magisterio y entregaron premios y reconocimientos a profesores con 20, 30 y hasta 40 años en servicio de la educación.
Américo reconoció el aprecio, vocación y compromiso del magisterio para que Tamaulipas sobresalga en el escenario nacional como una de las entidades más sólidas y de arraigada tradición magisterial.
Hay identificación en jalar para el mismo lado por el bien de la educación de los niños de Tamaulipas.
Además de adaptarse a las circunstancias políticas del momento, hay una cosa que sí merece Rodríguez Treviño: Reconocerle su humildad para cambiar de actitudes. Es de sabios.
En el ámbito universitario, con motivo del Día del Maestro, el Rector de la UAT, Guillermo Mendoza Cavazos, también presidió eventos alusivos y de reconocimientos a los 2,889 profesores que laboran en la casa de cultura, acompañado del dirigente del SUTAUAT, Luis Gerardo Galván Velazco.