Abril ya dio color en Victoria y en Tamaulipas. En los barrios, colonias, ejidos y clases medias, florece el guinda.
Este domingo, un caudaloso río morenista de más de seis mil voces nació desde el ombligo del pueblo, en la plaza del ocho Hidalgo.
El candidato Eduardo Gattas Báez mostró de esta forma, el poderoso músculo electoral, preludio de que se alzará con el campeonato de la democracia capitalina. Una sinergia de masa ciudadana, clase política, empresarios, sindicatos, jóvenes y mujeres. Todos unidos en un solo grito por la flor consentida de Tamaulipas:
—¡¡Gattas por tres años más!!
La marcha multitudinaria desembocó en el 17 Hidalgo. En esta atmósfera de unidad entre el pueblo y actores políticos, flotó la cada vez más latente posibilidad de un resultado arrasador a favor de MORENA Y de sus candidatos a la alcaldía, diputaciones locales y federales. Por las senadurías y la presidencia de la república.
No es descartable el dos a uno de ventaja en las urnas.
En términos de proselitismo, vimos un fin de semana fue muy movido. LG recorrió el barrio del 27 y 28 Hidalgo, por los rumbos de las colonias Nacozari y Miguel Alemán. Es evidente el perfil ganador del abanderado a la alcaldía por Morena. Pero Gattas no baja la guardia, y su campaña, nos dicen, peinará cada rincón poblacional de Victoria.
¿El objetivo?
La continuidad del proyecto 4T, creado por AMLO. Serán 45 días muy unidos a los liderazgos de Claudia Sheinbaum y el doctor Américo Villarreal Anaya.
Este domingo pudimos constatar la presencia de organizaciones empresariales, así como liderazgos gremiales y agrupaciones civiles. Todos ellos constituyen un importante consenso en favor de la reelección de Gattas. De esta manera se corrobora la armonía y el trabajo en equipo, a favor del desarrollo social y económico.
En síntesis, todo un esfuerzo colectivo, por seguir transformando a Victoria.
–SIN LA UBRE CABECISTA, ALMARAZ SE DESINFLA—–
Mientras tanto, ¿qué sucede en la esquina del pan y su candidato Oscar Almaraz?
Para empezar el empresario gastronómico, monumento de la traición política y el puñal anti geñista, se observa muy débil, en términos de respaldo ciudadano. Se ve que la gente le está dando la espalda.
El arranque de campaña almaracista, fue de color gris-intrascendente. Y también gris-roedor, dicen algunos.
Obviamente OAS ya no es el mismo de los tiempos priistas y cabecistas. Estamos viendo a un personaje azul en retirada, física y políticamente acabado. Después de una legislatura federal oscurantista, sin mayores beneficios para su distrito, el pueblo lo ve como un sujeto falso, demagogo, muy alejado de la confianza popular. Y muy cercano a los intereses del grupo vacuno y sus negocios texanos.
Su paso por el Congreso de la Unión, estuvo marcado por el cinismo y la indiferencia hacia los ciudadanos del centro tamaulipeco. Aquí en ciudad Victoria, mucha gente lo identifica con la bajeza moral y política perpetrada en contra del exgobernador Geño Hernández Flores. Traicionó a EHF, y se puso al servicio de quien le robó seis años de libertad a Eugenio.
Basta con ver lo que OAS le hizo a quien le tendió la mano para que comiera en ella, para darnos cuenta que Oscar se colocó en lo más bajo de la escala humana. Y ahora en la campaña, volverá a abrazar niños y abuelitos.
¿Alguien le creerá?
¿No le dará pena semejante doble cara? Como dice el refrán: hay que ser porcinos, pero……
Triste el papel que está jugando Almaraz, en una campaña donde su ex patrón político y benefactor económico, es quien ahora le podría restregar en su cara, la “mala leche” de haber pactado con el ex gobernador texano.
Pero, ante todo sobre Almaraz pende en el aire, como espada de Damocles, su complicidad en uno de los más escandalosos saqueos financieros de los panistas Xicoténcatl González Uresti y Pilar Gómez. Todos recordamos aquellos tiempos en que, todos los azules del 17, protegidos desde palacio sumieron a Victoria, en la peor ruina moral, social, política y urbana de toda su historia.
Afortunadamente existen documentos en el Congreso local que dan cuenta de estos delitos. Y Almaraz lo sabe.
Tal vez por ello, es muy probable que conforme avance la campaña, cobre validez ese rumor que desde un inicio, ha circulado en esta capital:
A Oscar lo están enviando de manera obligada los cabecistas. Porque si por él fuera, no hubiese sido candidato. La neta, dicen, es que no quiere queso, sino salir ileso de la trampa penal aun vigente, activada desde el Congreso local y sus órganos anti corrupción.