De plano es vergonzante el espectáculo que protagonizaron, este miércoles, nuestros diputados en el Congreso del Estado.
Auténtico zafarrancho en que salieron a relucir mentadas de madre y amenazas, empujones, arañazos y cachetadas “guajoloteras” entre representantes del PAN y Morena.
Dieron ejemplo de pandilleros –principalmente-, Luis René “El Cachorro” Cantú Galván, jefe del CDE del PAN, y el matamorense Alberto Granados Favila, que comenzaron la reyerta, secundados por Carlos Fernández Altamirano y Román Vital Martínez, entre otros.
Azules contra morenos; chairos contra fifís; conservadores contra revolucionarios en un triste papel de pleito campal. Digamos que vulgares delincuentes peleándose el botín.
¿Y la ciudadanía? No les preocupan sus problemas. Más respeto deberían tener para quienes, con su voto –aun los plurinominales-, los llevaron al poder o a la nómina que es lo que más les interesa.
No votaron por ellos para verlos pelear. No es lo que quiere la comunidad que hagan.
Desde octubre pasado el Congreso se ha convertido en campo de batalla, agravado a últimas semanas cuando los panistas echaron a sus enemigos de la Junta de Coordinación Política. Vinieron las venganzas y la “limpia” de colores y olores chairos.
¿Será mucho pedir que guarden compostura? Solo generan vergüenza y se alejan más de la credibilidad ciudadana hacia la figura de diputado, de por sí calificada como sinónimo de corrupción y holgazanería.
No hay a quién irle. Los guindas destituyeron a su coordinador Armando Zertuche Zuani para colocar a la prima “de ya sabes quién”, Úrsula Salazar Mojica, sin experiencia en las lides parlamentarias.
Como si se tratara de “pedido al gusto del cliente”, su compañera Nancy Ruiz Martínez, de Altamira, no estuvo conforme y citó a los periodistas para hablar pestes de la prima de aquel que les platiqué.
Falta disciplina y lealtad hacia la institución. Cada representante del partido de la 4T cree que ganaron por méritos propios, cuando AMLO es la marca que los colocó en la lista de raya de más de cien mil mensuales.
Y los panistas se creen los dueños y amos del Congreso, los únicos que tienen la razón. Se pasan las leyes y reglamentos por el arco del triunfo.
Cómo añoramos los tiempos priistas, los de la “dictadura perfecta” en que imperaba la disciplina. No había estos escándalos.
Que ya se dejen de fregaderas, de ambos lados, y se dediquen a cumplir la función por la que el ciudadano votó por ellos y se les paga, y muy bien. El pueblo no quiere pandilleros en los escaños.
Tema aparte, pareciera que los tres precandidatos se pusieron de acuerdo. Acudirán al IETAM el mismo día, el 27 del presente. A las diez de la mañana Arturo Díez Gutiérrez; doce, El Truco Verástegui, y a las cuatro Américo Villarreal.
No se trata de quién lleve más gente o “invitados”, de demostrar “músculo político”. No deberían considerarlo así, cuando las campañas no han comenzado y hay reglas con motivo de la pandemia.
Ya se preparan los debates, el 24 de abril y el 22 de mayo, ambos en Ciudad Victoria, teniendo como sede el teatro Amalia González Caballero, que tampoco será mitin colectivo.
Si no asiste uno de los aspirantes –aunque son obligatorios- de todas maneras se realizarán. Si solo se presenta uno, abortará el encuentro.
Habrá una persona moderadora ¿quién? “que tenga experiencia en la conducción de programas noticiosos, debate o análisis político en medios de comunicación, preferentemente en radio o televisión”.
¿Cuánto se le pagará? En años recientes fueron 80 mil varos para quien llevó la conducción. Tomar la decisión será otro problema, por asunto de presiones y recomendaciones.
¿Qué podemos esperar de los debates? No mucho, aunque las reglas dicen que “las personas candidatas deberán de abstenerse de realizar calumnias o difamaciones entre sí”.
El antecedente fue el encuentro del 2016, primero en la historia de Tamaulipas, en que los contendientes aventaron lodo en lugar de propuestas, se atacaron y acusaron de no merecer el respaldo ciudadano y hasta de tener nexos con criminales.
Hacemos votos porque los tres –ahora perfilados- razonen y hagan un encuentro diferente, una verdadera exposición de ideas sobre los temas agendados, por lo cual se les reconozca y califique, y no por los ataques que lancen a sus compañeros.
Faltan 73 días para las elecciones y la competencia ahora se da en las encuestas.
La empresa Massive Caller, de Monterrey, difunde que en sus últimas 20 encuestas, desde el 22 de diciembre, la intención del sufragio favorece al médico Américo Villarreal Anaya.
En la publicada este miércoles detalla que ganaría con el 49.1 por ciento y en segundo lugar ubica a César Verástegui con 20.5.
Y el PRI sigue recordando la muerte de Colosio ocurrida el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana. Al evento luctuoso en el CDE asistió el precandidato “El Truko”, propuesto por la alianza Va por Tamaulipas de la que forma parte el tricolor.