El Poder Judicial de la Federación –tanto los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como los magistrados del poder electoral–, ya han dado muestras de la fobia que le tienen al presidente Andrés Manuel López Obrador. Hace unos meses, éstos últimos, en franca intervención en los asuntos internos de MORENA -abiertamente contra la Constitución- ordenaron al INE tutelar las encuestas para nombrar dirigente nacional pasando por los derechos de la militancia.
Antes, la banda comandada por Lorenzo Córdoba, inhabilitó la candidatura de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero, por un exceso de gastos de alrededor de 18 mil pesos –sobra decir, que candidaturas como la del vecino Samuel García, se hartó de gastar dinero mal y bien habido en su tránsito para convertirse en gobernador de Nuevo León–. Y el Poder judicial, ha festinado amparo tras amparo para evitar que la IV T, construya obras y proyectos sociales.
Ni que decir, lo que se viene contra los altos servidores de la nación del lopezobradorismo –como Alejandro Gertz Manero– desde el palacio de justicia de la Federación.
Bajo esas premisas, –un Poder judicial, en potente mayoría con representantes de la mafia del poder– es de esperarse que el juicio de desafuero contra el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, concluya en una interpretación que daría aliento al reynosense para llegar a feliz término de su sexenio.
La aplicación de la Ley de los Magistrados, es prácticamente inatacable.
Al igual, la de los jurisconsultos que están investidos como magistrados electorales: son incuestionables sus sentencias; se aplican y ya, so pena de sufrir sanciones dolorosas por su incumplimiento.
La IV T, ya ve venir el mandato judicial.
Sería, una salida, –los amigos del gobernador dirán: salomónica– para permanecer al filo de la barda; aplazarían la salida que exige la mayoría del Congreso y del Senado, bajo un criterio de bajo la manga: su desafuero trastocaría el escenario regional vulnerando los derechos del PAN toda vez que ese hecho jurídico, dejaría en la lona electoral al candidato azul.
¿Y desde cuando la Suprema Corte de la Nación, sentencia bajo criterios políticos?
Desde siempre.
Sólo que ahora, los expresa abiertamente con sus actitudes y con el ejercicio de sus actos.
Mañana 24 de marzo, toca a los magistrados, retomar la ponderación de los cargos presentados por la mayoría guinda del Congreso de la Unión y los del gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca.
Esos documentos, tienen casi un semestre en los escritorios de los Magistrados.
No les apuró ayer.
No les apura ahora.
Y como se sabe: las largas en los tribunales, benefician al acusado.
Cabeza de Vaca, no sufre; como sabe lo que son los Magistrados.
MORENA y su candidato, tienen las veladoras prendidas para que el desafuero se concrete a la brevedad.
Al parecer no será así.
La IV T, tendrá que ejecutar sus mayores esfuerzos para desplazar al PAN del gobierno estatal. No será un día de campo lo que viene: un Ejecutivo estatal, re-oxigenado y un candidato panista vitaminado con ese bálsamo que le regalarán el gobernador y la Suprema Corte de Justicia.
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