En política se acopla bien el refrán que dice que, “andando la carreta se acomodan las calabazas”.
El vehículo electoral comenzó a moverse con las precampañas. Se dieron así los primeros reacomodos de actores, algunos por convicción y la mayor parte por “vivillos desde chiquillos”.
Es el vaivén entre militantes o simpatizantes partidistas, el vil “chapulineo” como mejor se le conoce en el inframundo de los grillos. Brincan sin recato de un espacio a otro.
No es nuevo. Individuos o grupos se inclinan por el partido, coalición o candidato que creen que tiene mayores posibilidades de ganar.
Lo vimos en el 2016 cuando la desbandada de priístas rumbo al partido de ese momento, el PAN, y su candidato Francisco García Cabeza de Vaca. La historia se repitió en 2018 después que Morena alcanzó Palacio Nacional.
En la temporada vemos movimientos que dan por hecho que el morenismo ganará la gubernatura con Américo Villarreal.
Una deserción prominente de las filas panistas es la Ernesto Ferrara Theriot, de Nuevo Laredo. Representativa porque fue dirigente local celeste, ex funcionario municipal y ahora mismo regidor plurinominal.
Don Ernesto ocupó la secretaría del ayuntamiento y secretario de Desarrollo Humano local. Una fina figura emblemática del panismo fronterizo.
Datos de su militancia dicen que dedicó toda una vida a Acción Nacional. Se incorporó como activo el uno de mayo de 1994. Su hermana Patricia ingresó en el 2001 mientras que María Dolores y Gina Ferrara Theriot son (¿o eran?) panistas a partir del 2014.
Se acaba de incorporar como representante del Verde Ecologista y en apoyo al candidato Américo Villarreal rumbo al gobierno.
Para dar una idea de esa larga militancia de Ferrara, la diputada Imelda Sanmiguel Sánchez dijo a los periodistas que “desde que yo tenía 14 años que ingresé al partido, ya estaba él ahí”.
Su partida –deserción- debió haber dolido a los azules que siguen con la camiseta bien puesta.
De aquella misma región, solo quedaron en el papel los registros como militantes del PAN de los Canturosas Villarreal: Carlos Enrique, Carmen Lilia, Cynthia Edith y María Claudette.
Brincaron a Morena desde hace mucho pero extrañamente siguen apareciendo en la lista del RNM azul Carmen Lilia es alcaldesa a partir de octubre del 2021. En 2019 alcanzó una diputación local por los guindas. Su pensamiento ya no está con el panismo ¿por qué no la eliminan?
En la conveniencia personal, unos se van y otros llegan. Brincan entre los partidos “de moda” como hoy lo es Morena.
Por otra parte, no sorprendió la declaratoria de ex presidentes del PRD como simpatizantes de Américo Villarreal, entre ellos Pedro Alonso Pérez, Julio César Martínez Infante, Cuitláhuac Ortega Maldonado, Alberto Sánchez Neri, Jorge Osvaldo Valdez Vargas y Alfonso Trejo Campos.
Están acostumbrados a acercarse a la sombra de alguien que represente el poder y cargue buen “morrral”.
No serán los últimos que cambien de “chaqueta” en este proceso que garantiza que habrá emociones fuertes. Siguen la ruta del trío Morena-Pt-Verde como el que más tiene posibilidades de alzarse con la victoria el cinco de junio.
En contra ruta, no es extraño que, en las siguientes horas, el cuarto de guerra panista presuma la reconquista de Maki Ortiz Domínguez y su cachorro Carlos Ortiz, de Reynosa. La política es cochina y rastrera.
“Cada quien puede escribir su historia personal”, dijo el jefe estatal del PRI, Edgar Melhem Salinas cuando supo que dos de sus pilares, Alejandro Guevara Cobos y Florentino Sáenz Cobos, tomaron el camino celeste.
Agregaba que “no hay desbandada” porque ya tenían tiempo –años- trabajando para la oposición.
Habían cambiado de camiseta otros como Yahleel Abdala Carmona para ser candidata del PAN a la alcaldía de Nuevo Laredo, y Oscar Almaraz Smer a la diputación por el V Distrito electoral federal, cabecera Victoria.
Habrá más deserciones en perjuicio, como siempre sucede, de los más débiles. Se fortalece la alianza morenista.
Tema aparte, el precandidato de la alianza Va por Tamaulipas, César Augusto Verástegui, andaba este martes por Aldama. Repitió algo que trae en su discurso desde hace días: “Este es un juego nuevo, con nueva baraja, aquí cabemos todos”. Se refiere a la alianza con PRI y PRD, la sociedad civil.
En la víspera Américo Villarreal estuvo en Jiménez, la cuna de la historia de Tamaulipas. Manifestó que en Morena la voz del pueblo es la que cuenta y “la marea guinda cada vez es más grande” al ser conformada por miles que le apuestan al cambio verdadero.
Siguen los problemas en el Congreso del Estado. Los panistas “reventaron” la plenaria del martes, para que sus contrincantes de Morena no aprobaran la posibilidad de destituir a la presidenta de la directiva, Imelda Sanmiguel, por el desorden en que se maneja.
Una iniciativa de reformas a la Ley Interna quedó en suspenso al no alcanzar la mitad más uno de los legisladores (no los presentes, porque asistieron solo 35 a la plenaria). El PRI se sumó con Acción Nacional.
Por lo pronto la mayoría guinda aprobó que las licencias de manejo vehicular sean permanentes, que ya no se vendan cada dos o cinco años. Igual las placas, que se explican cada seis años.
Por: Felipe Martínez Chávez.
En política se acopla bien el refrán que dice que, “andando la carreta se acomodan las calabazas”.
El vehículo electoral comenzó a moverse con las precampañas. Se dieron así los primeros reacomodos de actores, algunos por convicción y la mayor parte por “vivillos desde chiquillos”.
Es el vaivén entre militantes o simpatizantes partidistas, el vil “chapulineo” como mejor se le conoce en el inframundo de los grillos. Brincan sin recato de un espacio a otro.
No es nuevo. Individuos o grupos se inclinan por el partido, coalición o candidato que creen que tiene mayores posibilidades de ganar.
Lo vimos en el 2016 cuando la desbandada de priístas rumbo al partido de ese momento, el PAN, y su candidato Francisco García Cabeza de Vaca. La historia se repitió en 2018 después que Morena alcanzó Palacio Nacional.
En la temporada vemos movimientos que dan por hecho que el morenismo ganará la gubernatura con Américo Villarreal.
Una deserción prominente de las filas panistas es la Ernesto Ferrara Theriot, de Nuevo Laredo. Representativa porque fue dirigente local celeste, ex funcionario municipal y ahora mismo regidor plurinominal.
Don Ernesto ocupó la secretaría del ayuntamiento y secretario de Desarrollo Humano local. Una fina figura emblemática del panismo fronterizo.
Datos de su militancia dicen que dedicó toda una vida a Acción Nacional. Se incorporó como activo el uno de mayo de 1994. Su hermana Patricia ingresó en el 2001 mientras que María Dolores y Gina Ferrara Theriot son (¿o eran?) panistas a partir del 2014.
Se acaba de incorporar como representante del Verde Ecologista y en apoyo al candidato Américo Villarreal rumbo al gobierno.
Para dar una idea de esa larga militancia de Ferrara, la diputada Imelda Sanmiguel Sánchez dijo a los periodistas que “desde que yo tenía 14 años que ingresé al partido, ya estaba él ahí”.
Su partida –deserción- debió haber dolido a los azules que siguen con la camiseta bien puesta.
De aquella misma región, solo quedaron en el papel los registros como militantes del PAN de los Canturosas Villarreal: Carlos Enrique, Carmen Lilia, Cynthia Edith y María Claudette.
Brincaron a Morena desde hace mucho pero extrañamente siguen apareciendo en la lista del RNM azul Carmen Lilia es alcaldesa a partir de octubre del 2021. En 2019 alcanzó una diputación local por los guindas. Su pensamiento ya no está con el panismo ¿por qué no la eliminan?
En la conveniencia personal, unos se van y otros llegan. Brincan entre los partidos “de moda” como hoy lo es Morena.
Por otra parte, no sorprendió la declaratoria de ex presidentes del PRD como simpatizantes de Américo Villarreal, entre ellos Pedro Alonso Pérez, Julio César Martínez Infante, Cuitláhuac Ortega Maldonado, Alberto Sánchez Neri, Jorge Osvaldo Valdez Vargas y Alfonso Trejo Campos.
Están acostumbrados a acercarse a la sombra de alguien que represente el poder y cargue buen “morrral”.
No serán los últimos que cambien de “chaqueta” en este proceso que garantiza que habrá emociones fuertes. Siguen la ruta del trío Morena-Pt-Verde como el que más tiene posibilidades de alzarse con la victoria el cinco de junio.
En contra ruta, no es extraño que, en las siguientes horas, el cuarto de guerra panista presuma la reconquista de Maki Ortiz Domínguez y su cachorro Carlos Ortiz, de Reynosa. La política es cochina y rastrera.
“Cada quien puede escribir su historia personal”, dijo el jefe estatal del PRI, Edgar Melhem Salinas cuando supo que dos de sus pilares, Alejandro Guevara Cobos y Florentino Sáenz Cobos, tomaron el camino celeste.
Agregaba que “no hay desbandada” porque ya tenían tiempo –años- trabajando para la oposición.
Habían cambiado de camiseta otros como Yahleel Abdala Carmona para ser candidata del PAN a la alcaldía de Nuevo Laredo, y Oscar Almaraz Smer a la diputación por el V Distrito electoral federal, cabecera Victoria.
Habrá más deserciones en perjuicio, como siempre sucede, de los más débiles. Se fortalece la alianza morenista.
Tema aparte, el precandidato de la alianza Va por Tamaulipas, César Augusto Verástegui, andaba este martes por Aldama. Repitió algo que trae en su discurso desde hace días: “Este es un juego nuevo, con nueva baraja, aquí cabemos todos”. Se refiere a la alianza con PRI y PRD, la sociedad civil.
En la víspera Américo Villarreal estuvo en Jiménez, la cuna de la historia de Tamaulipas. Manifestó que en Morena la voz del pueblo es la que cuenta y “la marea guinda cada vez es más grande” al ser conformada por miles que le apuestan al cambio verdadero.
Siguen los problemas en el Congreso del Estado. Los panistas “reventaron” la plenaria del martes, para que sus contrincantes de Morena no aprobaran la posibilidad de destituir a la presidenta de la directiva, Imelda Sanmiguel, por el desorden en que se maneja.
Una iniciativa de reformas a la Ley Interna quedó en suspenso al no alcanzar la mitad más uno de los legisladores (no los presentes, porque asistieron solo 35 a la plenaria). El PRI se sumó con Acción Nacional.
Por lo pronto la mayoría guinda aprobó que las licencias de manejo vehicular sean permanentes, que ya no se vendan cada dos o cinco años. Igual las placas, que se explican cada seis años.