Tamaulipas el paciente, ya se decidió por buscar una segunda opinión que resuelva los problemas sociales y cure su hartazgo. Esta vez, los vientos de la dialéctica han cambiado su curso. Aquellos que después de seis años no cumplieron , han perdido credibilidad.
Se ve; se siente: la marca guinda avanza serena e imperturbable hacia Palacio.
Hay honda preocupación en el war room azul: la guerra sucia en contra de MORENA y de su candidato, no logró los resultados esperados.
Américo sigue creciendo en las expectativas y las simpatías de las tamaulipecas y tamaulipecos. Ello provoca que el PAN llegue a la cita de este domingo con las manos vacías, en lo que se refiere al preciado capital de los respaldos ciudadanos.
La pregunta que los analistas nos hacemos, es si en esta especie de encrucijada que plantea el debate, los estrategas del bunker panista, enviarán a su candidato para recurrir a las descalificaciones o a las propuestas serias.
En nuestra opinión, lo segundo sería lo más recomendable, pues una estrategia de naturaleza agresiva, terminaría por hundir el barco prianista cuya bandera es sacudida en el encrespado mar electoral, con una frase que dice: más de lo mismo.
A estas alturas, Américo ya logró lo más difícil para un candidato a la gubernatura: ya se echó a la bolsa a cientos de miles de ciudadanos que esbozan la firme esperanza de un cambio verdadero y una nueva historia en la aplicación de las políticas públicas, en temas torales que agobian a nuestro estado.
¿La razón de que esto ocurra?
Existe una sed ciudadana por recuperar los valores del humanismo y de una auténtica democracia en lo que se refiere a la distribución del ingreso y de cancelar el actual sistema vertical de privilegios, por un gobierno horizontal que brinde igualdad de oportunidades. En otras palabras: Tamaulipas para los tamaulipecos, y no para los texanos y funcionarios foráneos.
Como le decíamos, AVA ya ganó el debate social, ese que corre de boca en boca en las calles de los 43 municipios de Tamaulipas.
Ahora Américo se prepara para ganar un encuentro cara a cara con un adversario panista que se ve ampliamente superado en cultura general y en conocimientos. Pero que en ausencia de dichos atributos, probablemente será enviado al ring verbal, con una batería de descalificaciones y señalamientos.
Los panistas reman con el tiempo en contra. Cada minuto y hora que pasa, es una franja de poder que se les evapora irremisiblemente, sin poder darle alcance al candidato de MORENA y a sus aliados , el Verde y el PT.
A los azules se les observa desesperados, de ahí que prácticamente se estén jugando su última carta, a solo seis semanas de la elección, y sin poder sacudirse ese 2 a 1, en la percepción del voto.
Adicionalmente, pesan y gravitan en el escenario tamaulipeco, dos eventos recientes, que se inscriben en el debate nacional donde están en juego dos proyectos de país.
Me refiero a la reciente votación sobre la revocación de mandato, y la otra es la votación del PRIAN en torno a la reforma eléctrica. Por primera vez en la historia mediática, la sociedad tamaulipeca está agraviada, e impera un mal humor social contra aquellos que, se dice, traicionaron los intereses de la nación.
Más que de individualidades, lo que se dará este domingo, será un debate entre dos Tamaulipas: el primero es el que representa a un electorado que está buscando a una segunda opinión, ante la enfermedad social que se padece, y que después de seis años, en lugar de curarse, se agravó. La segunda, es aquella que promete borrón y cuenta nueva, pero que ya tuvo su oportunidad y la desperdició.
Esta es la percepción ciudadana que prevalece en la víspera del primer debate entre los tres candidatos a la gubernatura, organizado por las instituciones electorales.
El pasado 21 de enero de este año, el abanderado de MORENA a la gubernatura Américo Villarreal Anaya hizo una puntualización que hoy, a unas cuantas horas del primer debate cobra inusitada vigencia: mi lucha por la gubernatura, dijo, no es un deseo personal, sino un proyecto colectivo, un anhelo de transformación compartido por millones de tamaulipecos.
Hoy a tres meses de distancia de aquella declaración, el debate social de las familias tamaulipecas favorece cada vez más al candidato de la Cuarta Transformación.
La tendencia de los votantes en pro del doctor Villarreal Anaya y de la marca MORENA, es tan evidente que, hasta en los pueblos emblemáticos del truquismo, como acaba de ocurrir, Américo ha sido recibido ya en plan de próximo gobernador.