El único líder panista regional real que ha sobrevivido a los diversos desafíos de su partido, es el alcalde de Tampico, Tamaulipas, Jesús Nader. Los otros dirigentes o han sufrido descalabros o no tienen, un compromiso político macizo con su organización política. En Reynosa, sede de los azules más consistentes en este momento, el PAN se visualiza fragmentado y con sus personalidades más prominentes achicadas por la derrota o el bajo perfil de sus representantes locales.
Chuma Moreno, fue aplastado por el bando de los makyiavélicos y casi lo mismo ocurrió con Gerardo Peña; otros conductores de grupos panistas, no tienen una estatura social relevante.
Sólo el primer panista de Tamaulipas -el gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca- mantiene en alto la bandera de un partido albiceleste vilipendiado por sus errores y sus descalabros.
En Río Bravo, se percibe un escenario aún más triste. El ex alcalde Carlos Ulivarri, finalizó su administración con muy amplios disensos en tanto el otro líder azul -Miguel Almaraz- tiene tan mala fama, que es un pasivo partidista y no un activo que sume votos a cualquier otro proyecto. El Calabazo Villegas, alcalde morenista, los hizo pomada.
En Matamoros, los azules están moribundos. Aniquilados, o en proceso de aniquilación, los viejos cuadros, que por años capitaneó Ramiro Salazar, no pueden exhibirse como sucesores del padre de la ex alcaldesa Lety Salazar. Peor tantito: la Borrega López, se ha entronizado en la ciudad como el factor político de más calado.
En la capital del estado, Victoria, Xicoténcatl González y Pilar Gómez, dejaron en girones al PAN y acabaron con los liderazgos emergentes en ese municipio que hoy gobiernan los guindos.
En Mante, a pesar de ser gobernado por el PAN, no aparece el relevo generacional panista que movilice y organice a un partido estructuralmente a la baja.
En la región de Hidalgo y el grupo sociopolítico que ha mostrado dominio desde hace casi una década, el panismo se desinfló. Los liderazgos que nacieron en ese proceso, se desprendieron del PAN para buscar otras opciones.
En ese oscuro escenario, Nader -como Tampico- brilla. Es el militante panista -luego del Ejecutivo estatal y el precandidato a la gubernatura, Truco Verástegui- con mayores presencias y potencias en la red de poder regional de color azul.
El resultado del próximo junio, no le quitará ni una pluma a Chucho.
Si gana el PAN, será el factor definitorio para la gobernabilidad interna del PAN y del gobierno.
Si pierde el panismo, Nader será superviviente de un colapso que lo erigirá en el líder absoluto del panismo en Tamaulipas.
Como se ve: Jesús, es el futuro azul.