El Judas del geñismo, Oscar Almaraz Smer, mismo que apuñaló a quien le dio de comer en su mano,(El ex gobernador Eugenio Hernández F lores), ahora quiere pasarse de listo y anda armando una grilla con sus homólogos azules de las chamoyadas y las gelatinas, (cuando OAS era pobre, vendió hamburguesas), para tratar de apoderarse de la bandera de la segunda línea del acueducto en Victoria.
Enterado de que la mencionada obra de infraestructura hidráulica es prácticamente una realidad, (que será posible gracias a la gestión realizada por el gobernador Américo Villarreal Anaya, ante el Presidente de la república), hoy Almaraz busca colgarse esa medalla, para usarla como anzuelo de carácter electoral en el 2024.
Sin embargo, los victorenses saben muy bien de que está hecho oscarito. El pueblo de la capital tamaulipeca conoce muy bien la falta de escrúpulos del señor de La Corte, sobre todo desde que decidió aliarse con el grupo político panista más decadente de la historia tamaulipeca: los cabecistas.
A partir de esta definición, la credibilidad de Oscar Almaraz, está por los suelos. OAS trae el fierro vacuno en la mera frente, y su pertenencia a esta camarilla texana-reynosense, lo convierte en un íntimo aliado de quienes saquearon a Tamaulipas, durante el pasado sexenio.
A partir de que Almaraz se suma a la pandilla de los cuernos, comparte toda una responsabilidad política e histórica, de un sexenio cabecista donde galopó la impunidad, la corrupción y la persecución judicial contra quienes se negaron a plegarse a los caprichos del régimen azul.
Una administración panista que usó el poder para enriquecerse a manos llenas, sin hacer obra pública en todo el estado. Y con unos de los subejercicios presupuestales más escandalosos de los últimos tiempos.
De manera que ya pueden ir buscando Almaraz y sus secuaces otra estrategia más creíble, porque en el caso del segundo acueducto para nuestra capital, y su tramposa carta que le enviaron al Secretario de Hacienda, es un teatrito que no les va a funcionar.
¿Por qué recurre Almaraz de manera desesperada a la bandera de la segunda línea del acueducto? Obviamente que busca utilizar este tema como bandera de campaña. Carece de sustento político y social, se le acabó el capital político, se lo entregó a cabeza de Vaca. Esperamos que en su momento no vaya a tener el descaro de decir que él fue quien hizo posible dicha obra. Porque sería el colmo de su desvergüenza.
En este marco de hipotéticos escenarios, habría que preguntarnos: ¿Por qué durante el sexenio cabecista, Almaraz escondió la cabeza como el avestruz y jamás lo vimos gestionar beneficio alguno para la población del centro tamaulipeco?
Nosotros les vamos a contestar: no lo hizo porque no había que ruñirle políticamente al electorado. A lo largo de todo este periodo de vergonzoso silencio, Almaraz prefirió cobrar su jugoso sueldo como diputado federal y demás prerrogativas salariales de la cámara baja.
Hoy, cuando ya se acercan los comicios, Oscar estuvo calculando como volver a ciudad Victoria, tratando de engatusar al electorado, con el cuento de que él está gestionando la segunda parte del acueducto. Nada más falso y perverso que, tomar una bandera que jamás le ha pertenecido.
Vaya con la nueva sorpresa que nos da el cabecista por adopción, Oscar Almaraz. Sabíamos de sus dotes de traidor político, al apuñalar por la espalda a quien lo sacó de su pobreza económica, en aquellos tiempos cuando vendía hamburguesas.
El que no lo crea que le pregunte al exgobernador Eugenio Hernández Flores y a su familia. Geño lo conoce muy bien, y sabe de su capacidad rastrera y doble cara.
¿Y que opinan los familiares del exgobernador que recientemente fue liberado?
Oscarito llegó a ser una persona muy estimada entre las hermanas y el hermano de Eugenio Hernández Flores.
Hoy, lo único que opinan de él, son duros calificativos que se pronuncian en voz baja, porque su naturaleza de palabras altisonantes, no permite decirlas con toda la plenitud vocal. No lo quieren. Lo abominan porque saben muy bien, como se portó con quien confió en él, y lo convirtió en Secretario de Finanzas.
Pero ahora, como le comentábamos líneas arriba, Oscar Almaraz ha sumado a las manchas políticas que ya carga, otra igual de cuestionable, y digna de ser señalada por el dedo flamígero de la ciudadanía:
Aparte de traidor, Oscar Almaraz, es un oportunista.