¿Por qué, teniendo un inicio formidable –todo comenzó en la Izquierda; recordemos el rol del Partido Socialista Fronterizo (PSF) – el sistema de partidos se pudrió en Tamaulipas?
¿Cuándo se perdió, esa originaria postura izquierdista en la región?
¿Quién abrió el paso, al nuevo sistema regional de partidos?
¿Cómo se aniquiló al PSF y qué emergentes élites tomaron el control político de las organizaciones socio-políticas tamaulipecas?
1.- La emergencia del Partido Nacional Revolucionario, (PNR en 1925) aplastó a expresiones partidistas locales. Las integró en un proceso de cohesión –en parte para acabar con los liderazgos regionales en el país y dar preeminencia en la vida nacional “a las instituciones” y no a las personalidades–, con el objetivo de crear una herramienta para centralizar la autoridad y el mando en un solo hombre: Plutarco Elías Calles.
Para Calles, las agrupaciones políticas periféricas –locales–, eran un peligro para el país y para su proyecto.
Con un PNR, macizo, absorbente el PSF dejó de ser el factor hegemónico en la entidad.
Sin uno de sus instrumentos torales, Portes Gil, empezó a perder hegemonía con su moderno partido político. Lo debilitaron, pero siguió siendo el factor dominante en la política tamaulipeca: perdería al PSF, pero le quedarían dos agrupaciones de potencia incuestionable: la Liga de Comunidades Agrarias y el Frente Obrero Tamaulipeco (FOT) con sede en Tampico.
El movimiento social local y su líder, ya no pudieron definir sin injerencias las candidaturas –diputaciones federales, alcaldías, senadurías y gubernaturas– pero, tuvieron la oportunidad de negociar –todo aquel capital político y electoral, los hizo invitados a la mesa de las decisiones– con el PNR y gobierno federal.
2.- La clase política portesgilista –proveniente la mayoría del PSF–, siguió militando en el PNR y sus secuelas, e imprimieron a esas entidades mucho de su cultura progresista. El verdadero expulsor de la praxis de Izquierda de los socialistas –socialismo un tanto primitivo, silvestres– tamaulipecos, fue el presidente Miguel Alemán Valdés.
Transformó al PRM en PRI y a éste, un ente con ejercicios políticos afines a posturas de derecha: apuntaló la propiedad en el campo –inventó el amparo agrario para los terratenientes, debilitó a la propiedad social, sobre todo al ejido– y golpeó a los sindicatos.
Esos cambios de Alemán Valdés, no se realizaron sin atropellos: para desmantelar al portesgilismo, desapareció los Poderes tamaulipecos –1947– y mandó de gobernador sustituto a Raúl Gárate Legleú, quien antes de llegar a Tamaulipas, fungía como sub secretario de la Defensa Nacional.
3.- Sin el PSF y sin Portes Gil, tuvieron la puerta abierta al PRI tamaulipeco, las élites que el abogado victorense, había mantenido a raya: los terratenientes y los empresarios. En efecto: el alemanismo y sus beneficiarios fueron los sepultureros de la Izquierda en la vida pública tamaulipeca. Gárate Legleú, heredó la gubernatura a otro alemanista peor: Horacio Terán Zozaya.
Los años de control político regional de los alemanistas Raúl y Horacio, se caracterizaron por el saqueo brutal a los recursos públicos y por el ejercicio de gobierno evidentemente antipopular, por lo frívolos y desdeñosos que fueron.
La llegada de MORENA al gobierno estatal, golpea el ciclo de los partidos neoliberales en el estado; y está, –el lopezobradorismo– ante la real posibilidad de cerrarlo.
¿Se podrá?
Pensaría que sí.
Parafraseando al Chicharito, cuando afirmó que México tiene cualidades para ganar la Copa de futbol del Mundo:
–¡Pensemos en cosas, chingonas!